El 12 de junio de 2014, Greenpeace advirtió que la inusual crecida de los ríos Iguazú y Paraná se debía principalmente a la alarmante deforestación que sufrió la Selva Paranaense o Selva Misionera, donde en Brasil y Paraguay fue prácticamente destruida, esto impidió que los árboles absorban gran cantidad de agua.

Un árbol adulto, extrae del suelo de 200 a 300 litros de agua por día en verano. Cabe señalar que un vegetal toma «sopa de agua y nutrientes» y luego traspira para eliminar el agua sobrante, refrescarse y poder seguir «tomando la sopa».

Este fenómeno natural ha sido medido y evaluado por especialistas en diferentes partes del mundo.

«Los bosques y selvas, además de concentrar mucha biodiversidad, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Son nuestra natural esponja y paraguas protector. Cuando perdemos bosques nos volvemos más vulnerables ante las lluvias y corremos serios riesgos de inundaciones», señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.

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En ese entonces, se habían registrado fuertes precipitaciones, que son habituales en la región, pero en pocos días llovió casi la misma cantidad que en cuatro meses.

En ese sentido, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) viene advirtiendo hace tiempo sobre el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, como mayores precipitaciones, sequías y huracanes, producto del cambio climático.

Entre las causales que denuncia la organización ecologista, la más importante fue y es, el incremento de las lluvias, sumado a la importante pérdida de cobertura boscosa que en gran parte de la cuenca no permitió la natural absorción del agua.

Si nos remitimos a las estadísticas, los datos no pueden ser peores, la máxima extensión de selva vírgen se encuentra en Argentina, donde ha ido disminuyendo «de más de 2 millones de hectáreas hasta tan solo unas 40.000 hectáreas y alrededor de 800.000 hectáreas» de selvas secundarias en la actualidad.

inu-catHay datos oficiales, que precisan que entre 1998 y 2007 en Misiones se deforestaron 144.153 hectáreas. Mientras que desde la sanción de la Ley de Bosques (2008) hasta mediados de 2011 el promedio anual de deforestación disminuyó en un 50%. No obstante, se desmontaron 21.406 hectáreas, de las cuales 3.630 hectáreas se trataban de bosques protegidos por la normativa.

La Selva Paranaense o Selva Misionera se ubica dentro de las fronteras Argentinas, en nuestro país mayoritariamente ubicada en la provincia de Misiones y una pequeña porción en el noreste de Corrientes, sólo queda un 7% de su superficie original. En Paraguay y Brasil fue destruida

Es una de las regiones con mayor biodiversidad del país: en ella habitan 554 especies de aves, 120 especies de mamíferos, 79 especies de reptiles, 55 especies de anfibios y más de 200 especies de peces.

Se han registrado unas 200 especies arbóreas autóctonas de las cuales sólo se aprovechan aproximadamente unas veinte. Es decir, se talan las buscadas y hacen rollizos. El resto son quemadas. 

También, la zona posee grandes felinos, como el yaguareté, el puma y el ocelote. Otros mamíferos que la habitan son el tapir, cuatro especies de monos, tres especies de corzuelas, dos especies de pecaríes, y el coatí.

Inundaciones en Salta en marzo de 2015

El 23 de mayo de 2014, Greenpeace publicó un informe en el que denuncia que grandes empresarios argentinos y extranjeros son responsables de la violación de la Ley de Bosques en Salta, con la complicidad del gobierno provincial.

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El listado de los denunciados por la organización ambientalista incluye a Franco y Mauricio Macri, Alejandro Braun Peña, Pablo Clusellas (Macri Group, Socma, Chery Argentina, Pago Fácil), Aldo Navilli (Molino Cañuelas, Vitamina), Alejandro Roggio (Grupo Roggio, Metrovías, Cliba), João Pereira Coutinho (Volkswagen Portugal), Bruno Varela Marín (productor ganadero uruguayo), Martín Laplacette (director de la filial local del grupo brasileño André Maggi), Andrés von Buch (directivo de la Cámara de Industria y Comercio Argentino Alemana) y Arnaldo Hasenclever (director de la filial local de Grant Thornton International), entre otros. Greenpeace reveló que estos empresarios, como titulares de fincas en la provincia, solicitaron al gobierno de Juan Manuel Urtubey, que los autorice a desmontar en áreas donde la Ley Nacional de Bosques no lo permite.

La organización ambientalista advirtió que las modificaciones a la zonificación de Ley de Bosques solicitadas al gobierno de Salta «por los dueños de las fincas, con el objetivo de desmontar en áreas protegidas, ya superan las 125.000 hectáreas, el equivalente a seis veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires». Estas rezonificaciones también fueron cuestionadas en su momento por un informe de la Auditoría General de la Nación.

“El gobernador Juan Manuel Urtubey continúa con la política de deforestación de su antecesor Juan Carlos Romero. El desmonte de estas fincas tendrá un serio impacto ambiental y afectará a muchas comunidades campesinas e indígenas”, advirtió Hernán Giardini.

 

El lunes 9 de marzo de 2015, el diario La Nación, consigno que en la provincia de Salta, la enorme masa de agua del Río Colorado se llevó un antiguo puente.

Greenpeace había denunciado el 9 de febrero de 2009,  que las inundaciones en el norte de la provincia de Salta, como sucediera también en el año 2006, son consecuencia directa del irracional proceso de destrucción al que se encuentran sometidos los últimos bosques nativos argentinos por la falta de una política firme contra los desmontes.