Gobernadores y funcionarios de salud de varias provincias señalaron que si bien la cantidad de casos de coronavirus tiende “al descenso” y se atraviesa “un momento de relativa estabilidad” en esta primavera, “no hay que bajar la guardia, ni confiarse” porque “el virus sigue circulando” en el país.

Al cumplirse este viernes ocho meses del inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), que hace una semana se convirtió en Distanciamiento Social (DISPO), las autoridades mostraron sus expectativas sobre las vacunas anunciadas en el mundo, resaltaron que no colapsaron los hospitales y advirtieron sobre la posibilidad de “una nueva ola de contagios” el año próximo, cuando cambien las estaciones climáticas.

En Buenos Aires, donde el 10 de septiembre llegó a la máxima ocupación de camas de terapia intensiva con el 60% y el 67% en el Área Metropolitana, el ministro de Salud, Daniel Gollan, afirmó que “estamos con la misma cantidad de casos que nos encontrábamos a mediados de julio en toda la provincia y en el Área Metropolitana a mediados de junio”.

La tendencia es francamente al descenso. Se ha emparejado la cantidad de casos del AMBA con el resto de la provincia”, comentó en el último informe epidemiológico de la provincia.

El gobernador Axel Kicillof dijo semanas atrás que “la provincia estaba señalada como a la que se le iba a desbordar el sistema sanitario. Pero pasamos de 883 camas a 1.200, compramos 1.200 respiradores, hicimos 125 obras y nadie quedó sin atención”.

“Son cosas que podremos evaluar terminada la pandemia. Mientras tanto, no me relajo ni festejo”, señaló el mandatario y planteó que los efectos económicos de la pandemia “no tienen precedentes”.

En Entre Ríos, el gobernador Gustavo Boerdet destacó que la provincia “con apoyo del Gobierno nacional, trabajó tempranamente en la organización de la emergencia en salud, aumentando la inversión en el sistema sanitario, la integración público-privado y duplicando la capacidad de internación”, lo que evitó el colapso hospitalario.

Además, destacó que la provincia atraviesa ahora “un momento de relativa estabilidad” y señaló que el “primer objetivo” será “integrar de manera controlada el virus al funcionamiento de la sociedad”, gracias a la vacuna y los hábitos de autocuidado esenciales.

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En Mendoza, el gobernador Rodolfo Suárez remarcó que “nunca colapsó ningún hospital y nadie se quedó sin atención” y destacó que se implementó “un plan de austeridad para prestar servicios esenciales de salud, educación y seguridad; y un plan de toma de deuda por 350 millones de dólares para obras necesarias en cada uno de los rincones de la provincia y generar empleo”.

El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, manifestó que aún hoy “debemos seguir cuidándonos, no hay que bajar la guardia ni confiarse” y destacó que la capital provincial, que registraba transmisión comunitaria de coronavirus, “ha logrado controlar, contener y bajar la curva de contagios”.

Neuquén ha registrado los últimos dos meses una ocupación de entre el 95 y 99% de las unidades de terapia intensiva (UTI), y hoy se encuentra en un 84%, según el último parte del Comité de Emergencia Provincial.

En Río Negro también bajaron los casos de coronavirus pero la ciudad de San Carlos de Bariloche mantuvo una curva ascendente.

“Es evidente que están disminuyendo los casos activos”, dijo la vocera del Ministerio de Salud Mercedes Iberó, pero advirtió que “hay lugares donde sigue alto el número. La Covid no se fue”.

En Salta, el presidente del Comité Operativo de Emergencia de la provincia (COE), Francisco Aguilar, dijo que “la curva fue lentamente aumentando hasta agosto, en que empezó a hacerse más vertical y empezamos a tener circulación viral” y apuntó que el momento crítico fue a principios de septiembre, cuando “llegamos a tener el 94% del sistema de salud saturado”.

“Si seguimos el camino que está siguiendo el virus, dentro de cuatro meses podríamos tener una nueva ola de contagios, en febrero o marzo” advirtió.

La ministra de Salud de Catamarca, Claudia Palladino, explicó que “luego de 105 días sin casos tuvimos un primer brote en julio, que pudimos bloquear, después tuvimos otro en septiembre y a fines de octubre y lo que va de noviembre detectamos otro brote y ahí pudimos definir que teníamos circulación comunitaria del virus”.

La ministra consideró que la “fortaleza” de la provincia consistió en «la detección precoz de los casos» y “una activa vigilancia en los efectores de salud de sintomáticos”, lo que permitió determinar los contactos estrechos.

Palladino destacó que “la vacuna hará que podamos transitar esta enfermedad de otra manera a nivel comunitario”, por lo que la campaña de vacunación es algo prioritario de la pospandemia.

El ministro de Salud de Chubut, Fabián Puratich, reconoció que “estamos muy preocupados porque la población actúa como si la pandemia hubiera pasado y en realidad acá estamos en el peor momento”.

En tanto, recordó que “en general se ha entrado en un amesetamiento de casos en casi toda la provincia, salvo en Trelew y Rawson, que están en su peor momento y con las camas de terapia intensiva totalmente cubiertas”.

Los fines de semana preocupan porque “los días tienden a mejorar en cuanto a las temperaturas y la gente se vuelca a las playas sin respetar las medidas de prevención”, por lo que pidió extremar los cuidados.

El ministro de Gobierno de Misiones, Marcelo Pérez, señaló que “seguiremos siendo muy cautos, como desde un principio. Los resultados están a la vista: somos una de las provincias con menos casos del país y eso se debe a un entendimiento claro entre el Gobierno y la población en cuanto a las medidas de bioseguridad que adoptamos”.

En Chaco, el presidente de la Legislatura, Hugo Sager, dijo que “el rol activo e intenso del estado chaqueño evitó más daños durante la pandemia del coronavirus en una articulación permanente con autoridades del gobierno nacional para afrontar una época inédita”.

“Con el acompañamiento del gobierno nacional, el Chaco pudo atender la demanda sin que el sistema sanitario se sature”, acotó.