El consumo de tabaco causa anualmente 8 millones de muertes, y un millón de ellas en territorio americano. De esta manera, se constituye como la principal causa de muerte evitable a nivel global. Por ello, cada 31 de mayo se conmemora el «Día Mundial sin Tabaco», con el fin de visibilizar los riesgos de su uso y abogar por políticas públicas reales que tiendan a disminuir su consumo y lograr que los jóvenes no se inicien en el mismo.

A pesar de que aún falta mucho en esta área, es necesario resaltar que en la últimas décadas se ha avanzado y se ha logrado progresar en varios puntos. Uno de ellos es la prohibición de fumar en lugares públicos y de trabajo cerrados. En 24 países del continente americano se lleva adelante esta iniciativa vital para prevenir el consumo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca los daños causados por el tabaco a la salud pulmonar: más del 40% de las muertes relacionadas con el tabaco se deben a enfermedades pulmonares como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la tuberculosis. 

El consumo de tabaco y la exposición al humo causan cada año la muerte de más de 8 millones de personas en el mundo, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno.

En este sentido, y con el fin de erradicar su consumo, la Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia (evitable) de tabaquismo y sus efectos letales.

«Cultivemos alimentos, no tabaco»

En esta campaña del 2023, la OMS hace hincapié en que el cultivo de tabaco es perjudicial para nuestra salud, la de los agricultores y la del planeta. La industria tabacalera interfiere en los intentos de sustituir el cultivo de tabaco, con lo que contribuye a la crisis alimentaria mundial.

La campaña del organismo internacional, pretende animar a los gobiernos a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y utilizar los recursos ahorrados para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.

De esta manera, la OMS tiene como objetivos:

Movilizar a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y destinen los recursos ahorrados a programas de sustitución de cultivos que ayuden a los agricultores a realizar la transición y mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.

Concientizar a las comunidades dedicadas al cultivo de tabaco sobre las ventajas de abandonar el tabaco y dedicarse a cultivos sostenibles.

Apoyar la lucha contra la desertificación y la degradación del medio ambiente mediante la reducción del cultivo de tabaco.

Denunciar las maniobras de la industria para obstaculizar el trabajo orientado a unos medios de vida sostenibles.