La muerte del fiscal Alberto Nisman es, para muchos, uno de los grandes misterios de la historia moderna del país. Sobre los últimos momentos de su vida se han tejido innumerables hipótesis. Su cuerpo fue utilizado politicamente tanto de un lado como del otro de la presunta “grieta”.

Para echar luz sobre el caso, el periodista y abogado Pablo Duggan escribió “¿Quién mató a Nisman?”, un libro que analiza el expediente judicial instruído a partir del fiscal, que busca “contar la verdad” -según el propio autor- de lo que pasó en ese cuarto del piso trece del edificio Le Parc.

“Yo me propuse en un primer momento contar lo que había ocurrido sin importar quien fuera la persona, la víctima en este caso, porque este caso cayó en la grieta. La mitad del país creyó siempre que lo había matado el kirchnerismo, la otra mitad que era un suicidio, pero nadie sabía exactamente qué es lo que había pasado y la justicia no había dado ninguna clave sobre lo que había ocurrido, entonces era necesario investigar y saber”, manifestó Duggan a Conclusión.

El autor comentó: “La justicia investigó mucho, sin embargo pasaron ya cuatro años y la justicia no dice qué pasó, no tenemos un autor del supuesto asisinato, dice la justicia que fue asesinado pero no hay ninguna prueba al respecto, entonces lo que yo hice fue investigar todo el expediente, analizarlo entero, y llegar a una conclusión según lo que dice el expediente. A mi juicio en el expediente queda clarísimo que Nisman se suicidó”.

 

-¿Por qué pensás que la justicia no habla de este tema ni da un veredicto?

-Hoy en día sabemos todos qué es Comodoro Py y cómo trabajan politicAmaente los jueces federales. Trabajaron políticamente para el anterior Gobierno, hoy trabajan para este gobierno. En este caso el juez Ercolini y el fiscal Taiano están metidos en una trampa, que es creer que esto fue un asesinato cuando no hay motivos para creer que esto fue un asesinato. Y cuando investigas un asesinato que es un suicidio en realidad nunca vas a encontrar a ningún autor, podes pasar cien años investigando que nunca vas a encontrar absolutamente nada y en eso está la causa judicial. La causa judicial nunca va a ir a ningún lado, nunca va a avanzar, nunca se va a conocer un autor del asesinato porque no fue asesinato, entonces la verdad es un sinsentido.

-¿Qué significó para vos embarcarte en esta temática que es bastante compleja y que de alguna manera sabías que iba a tener repercusiones?

-A mí los casos de muerte y demás me atraen bastante, me atrae mucho lo policial, me gusta lo penal y entonces para mí fue un placer meterme en esto, me gustó mucho el tema siempre, siempre me atrajo y siempre pensé que la sociedad necesitaba una respuesta clara, despojada de intereses políticos. Yo comencé este libro convencido de que a mí me daba lo mismo si era un asesinato o era un suicidio. Creo que hay muy poca gente hoy en la Argentina que puede decir lo mismo. De esta manera estuve bien preparado para descubrir la verdad y no, como hacen muchos, buscar en el expediente judicial aquello que pruebe lo que vos ya estás convencido desde un principio, así no se puede investigar nada.

-¿Pensas que los medios de comunicación tuvieron incidencia en lo que piensa la gente?

-Absolutamente. Desde el día uno los medios de comunicación alineados con este gobierno (o sea, antikirchneristas) hicieron una campaña feroz para convencer a la gente de que esto había sido un asesinato. Como puntuales el diario Clarín, el diario La Nación, el programa de Jorge Lanata, que ayudo a confundir a la gente muchísimo. Yo cuento en el libro, rescato un audio que está en la web así que lo puede escuchar cualquiera, es un audio muy interesante. A Nisman lo encuentran muerto el domingo 18 de enero, madrugada del lunes. En el pase entre Lanata y Longobardi en Radio Mitre de Buenos Aires que se hace a las 10 de la mañana hablan de la muerte de Nisman y Lanata dice: “Lo mataron”. El cadáver de Nisman, literalmente, estaba caliente todavía, se acababa de terminar la autopsia, nadie sabía nada y todo dato que se sabía indicaba suicidio. ¿Cómo hizo Lanata para saber eso? No, mandó fruta, dijo lo que él pensaba. Nisman denuncia a la presidente el 14, el 18 aparece muerto, obviamente todo el mundo iba a mirar a Cristina pero era cuestión de mirarla y después dejar de mirarla, porque cuando pensas un poquito: ¿A quién le podía convenir Nisman muerto? A Cristina no, porque Nisman ya la había denunciado. Lo que quería Cristina era que Nisman fuera el lunes 19 de enero al Congreso donde iba a hacer agua en su explicación de su denuncia, porque su denuncia era falsa, estaba llena de agujeros, de datos falsos, de equivocaciones, de errores. Entonces Cristina lo único que quería era que Nisman fuera ahí, sus diputados le iban a preguntar, Nisman iba a terminar haciendo un papelón y lo iban a echar de la UFI-AMIA. En cambio con la mierte, ¿a quién perjudicaba? A Cristina.

-Fuiste muy crítico del gobierno anterior como también lo sos de este gobierno, pero también criticas al periodismo, como ahora lo estás haciendo. ¿Qué opinas sobre estos periodistas que de alguna manera pueden ser coptados o por cuestión ideológica toman partido en ciertas cuestiones que involucran a la política?

-Creo que el periodismo tiene que trabajar en pos de la verdad. La grieta le ha hecho un daño tremendo, estamos uno de los momentos de crisis del periodismo más grandes en su historia, el periodismo hoy está perdiendo credibilidad a lo loco por el periodismo militante. El gobierno anterior tuvo periodistas militantes, que decía que todo lo que hacía el gobierno anterior estaba bien, y a este gobierno le pasa exactamente lo mismo. Eso no sirve, eso no es periodismo. Creo que vamos camino a una peor crisis del periodismo de donde supongo que saldremos indemnes los que intentamos decir la verdad. Hoy ves a muchos periodistas que se dedican a incitar el odio de la gente y yo no creo en ese periodismo. El periodismo tiene que saltar la grieta y tiene que dejar de incitar al odio. Creo que el periodismo del futuro es ese, el que no tenga grietas, el que busque la verdad y el que no incite al odio, pero que sume para que convivamos todos mejor en esta sociedad con nuestras diferencias.

-¿Esperas un periodismo objetivo?

-Yo no creo que el periodismo tenga que ser siempre objetivo, yo no lo soy, soy subjetivo, lo que yo digo pasa por mí, por mis ideas, por mi pensamiento, pero intentar buscar la verdad de los hechos sí. Después las opiniones son libres y todas son bienvenidas siempre que no inciten al odio. Podemos opinar diferente pero tenemos que tener en claro qué pasó o qué está pasando, sino la gente termina muy confundida.

-¿Qué proyección tenés sobre el libro? ¿Ya estás trabajando en otro?

-Apoyar el libro, acompañarlo y ver hasta dónde llega. Me pone muy contento, superó todas mis expectativas así que todo esto es una felicidad absoluta. Felipe Pigna me puso en un tuit: “Pablo, tu libro es excelente y encima está muy bien escrito”, para mí fue un orgullo. Hoy Pacho O’Donell me dijo “Pablo, tu libro es excelente, te felicito por tu valentía” y me dijo “además tenés razón”.

Ya empece con un libro nuevo, ahora no paro.

-¿Se puede saber algo?

-Mejor no. Pero siempre son libros polémicos.