Los preparativos de un nuevo y gigantesco colisionador de partículas cerca de Ginebra, Suiza, avanzan. El CERN se encuentra en el epicentro de un emocionante progreso científico con su próximo proyecto de colisionador de partículas. Con el Futuro Colisionador Circular (FCC) en proceso de desarrollo, la comunidad global espera ansiosa una nueva era de descubrimientos y avances en el campo de la física de partículas.

El FCC, planeado como un colisionador circular con un túnel colosal de 91 kilómetros, tiene como objetivo alcanzar una energía de colisión sin precedentes de 100 TeV, superando por mucho la capacidad actual del Gran Colisionador de Hadrones. Aunque enfrenta desafíos financieros y técnicos, el CERN está determinado a desentrañar los misterios fundamentales del universo a través de este ambicioso proyecto.

El Futuro Colisionador Circular (FCC) del CERN sería aproximadamente tres veces mayor que el actual Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Cern

La competencia internacional, encabezada por los planes de China de lanzar su propio colisionador de partículas, agrega presión al CERN para acelerar su cronograma. A pesar de las críticas y preocupaciones sobre la viabilidad social y medioambiental del proyecto, el CERN permanece firme en su compromiso de liderar la investigación de vanguardia en física de partículas.

Con un estudio de viabilidad en marcha y una decisión esperada en 2028, el mundo científico anticipa con entusiasmo los próximos avances que podrían revolucionar nuestra comprensión del universo. El desafío está claro, pero la determinación del CERN sigue firme, listo para llevar a la humanidad un paso más cerca de comprender los misterios más profundos del cosmos.

El equipo encargado del estudio ha identificado una trayectoria óptima para el FCC y ha estado colaborando estrechamente con las comunidades locales para resolver posibles conflictos. A pesar de la magnitud del proyecto, gran parte de la estructura se ubicará bajo tierra. El CERN ha estado trabajando en estrecha colaboración con autoridades locales para resolver problemas potenciales y ha invitado a las partes interesadas a visitar sus instalaciones actuales para comprender mejor el alcance y las implicaciones del futuro colisionador.

Los orígenes del CERN se remontan a la década de 1940.

Un pequeño número de científicos visionarios de Europa y América del Norte identificaron la necesidad de que Europa tuviera una instalación de investigación física de talla mundial. Su visión era detener la fuga de cerebros hacia Estados Unidos que había comenzado durante la Segunda Guerra Mundial y proporcionar una fuerza para la unidad en la Europa de la posguerra.

Ciencia para la paz

La convención del CERN establece: «La Organización no se ocupará del trabajo para necesidades militares y los resultados de su trabajo experimental y teórico se publicarán o se pondrán de otro modo a disposición del público».