El Gobierno nacional afirmó que aunque la vacuna contra el dengue «fue autorizada por ANMAT durante la gestión anterior, aún no está validada como estrategia para evitar la propagación de la enfermedad».

En ese sentido, el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que «la Organización Mundial del Salud (OMS) incluso ha indicado que no hay evidencia suficiente sobre su efectividad». Aún así, «el Ministerio de Salud continúa coordinando acciones con las provincias para enfrentar el brote» y consideró que «la herramienta más importante es eliminar todos los criaderos de mosquitos, es decir, los recipientes que contengan agua tanto en el interior de las casas como en patios y jardines».

Desde el Ministerio de Salud de la Nación señalaron que «a la fecha, la vacuna no está validada como estrategia de Salud Pública para evitar la propagación de la enfermedad en contexto de brote, tal como lo expresan las recomendaciones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)».

El brote de dengue marca récords de casos en la Argentina: según las cifras actualizadas del último Boletín Epidemiológico, en lo que va del año se registraron 37 muertes y 57.461 casos en todo el país, una cifra de contagios 2.153% superior a lo notificado para el mismo periodo en 2023, cuando se reportaron 2.550 infecciones.

La vacuna tetravalente contra el dengue del laboratorio japonés Takeda (TAK-003), conocida como Qdenga, fue aprobada en abril de 2023 en Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y está disponible desde noviembre de 2023. En la actualidad, se aplica bajo prescripción médica de un profesional de la salud y no está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación, que contempla las vacunas obligatorias y gratuitas que deben recibir los argentinos.

«Tanto la OPS como la OMS recomendaron a los Estados Miembros que consideren el uso de la vacuna para los niños de 6 a 16 años que viven en entornos con alta carga de enfermedad por dengue y alta intensidad de transmisión. En nuestro país, la mayor carga de enfermedad se observa en población adulta joven y no existen datos suficientes sobre la eficacia de la vacuna en este grupo poblacional», subrayaron desde la cartera sanitaria a cargo del médico cardiólogo Mario Russo.

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Desde Salud agregaron que «la OPS recomendó que cualquier introducción de la vacuna por los Estados de la región debe ir acompañada de un sólido estudio de fase 4 posterior a la comercialización, que recolecte información sobre su seguridad y efectividad».

Añadieron que se está relevando la información «para la construcción de una matriz de análisis de implementación en los departamentos más afectados en el marco de la estrategia integrada, en diálogo permanente con las autoridades sanitarias provinciales y los organismos sanitarios internacionales».

La incorporación de un inmunizante en el Calendario Nacional de Vacunación depende de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), que evalúa la situación epidemiológica y luego recomienda al Ministerio de Salud de la Nación las estrategias de vacunación y cuál debe ser la población objetivo de los inoculantes. Así ocurrió con las dosis contra el COVID-19 y con todas las vacunas que se administran en el país, ya sea a toda la población o a grupos priorizados.