Unilever, compañía dueña de marcas como Dove, Hellman’s, Cif, Rexona, Knorr entre muchas otras, anunció que comenzará a aplicar la semana laboral de 4 días (FlexYVida) con el fin de que sus empleados tengan una mayor productividad si se les permite una mayor flexibilidad. Así, se suma a otras tres experiencias en el país, Midas, en Mendoza, la cordobesa Global Think Technology y la filial local de la nipona Ricoh.

No obstante, el “lado B” de la propuesta revela algunas cuestiones a considerar. En primer lugar, aclarar que en realidad no se trata de una “semana laboral de 4 días”, sino que solamente una semana al mes tendría un día menos de trabajo. O sea que tendríamos un solo día menos de trabajo y no 4 o 5, como ocurriría si el esquema se repitiera todas las semanas y no una sola.

Te puede interesar: Otra empresa se suma a la experiencia de la semana laboral de cuatro días en Argentina

Y el segundo hecho, es que la medida no será para toda la empresa, sino sólo para los “colaboradores administrativos”. Por eso Unilever se encarga de aclarar que “no afectará los niveles de producción”.

Estamos hablando de una empresa multinacional que tiene plantas en varias provincias, en rubros que van desde la alimentación, cosmética, limpieza, con más de 4.000 trabajadores. Ala, Skip, Drive, Vivere, Cif, Clear, Axe, Sedal, Rexona, Dove, Lux, Suave, Hellmann’s, Knorr, Maizena y una larga lista de productos de consumo masivo.

Haciendo memoria

El malestar por la cantidad de horas y días que pasamos en el trabajo, y la extensión del trabajo virtual desde la pandemia son solo algunos disparadores que abren el debate sobre la posibilidad de aplicar la reducción de la jornada laboral, tanto de las horas diarias como de los días por semana.

Pero la nueva iniciativa de Unilever se esconde detrás de jornadas extenuantes, de continua precarización laboral. Cabe recordar que en los últimos años se han originado conflictos en sus plantas de Entre Ríos, Villa Gobernador Gálvez, San Luis o en la Zona Norte del GBA. Despidos, tercerizaciones, ataques a las condiciones laborales o contratos basura.

En agosto de este año la empresa llegó a despedir a repositores de su planta de Tortuguitas por organizarse sindicalmente. En agosto de 2021, los trabajadores de las plantas que elaboran los productos Hellmann’s y Knorr hicieron medidas de fuerza en el Parque Industrial Pilar, paralizando la producción y bloqueando los portones, en reclamo de un bono extraordinario, premios y por el pase a planta de los contratados.

Durante la pandemia Unilever había sido una de las abanderadas en el “préstamo de trabajadores”, que eran suspendidos en General Motors y tomados temporalmente por la planta rosarina. En esos dos años la empresa fue denunciada por las condiciones de salud e higiene. Los tercerizados eran obligados a trabajar a pesar de los casos de Covid.

La empresa tiene una política de precarización extendida, con tercerizadas y contratos por agencia. Esos trabajadores cobran menos las horas del fin de semana, por ejemplo.

En Villa Gobernador Gálvez hubo otro conflicto en 2017. La empresa dijo que «no es competitiva» y que desinvertía en Argentina porque tenía un costo laboral “muy alto”. La planta de Gálvez amaneció con candados y rodeada de policías, dejando 65 trabajadores en la calle. Lo mismo hizo con su planta en La Rioja, dejando a 130 familias sin trabajo.

Pero también hubo luchas que permitieron recuperar derechos, como cuando en 2016 en la planta jabonera de Procter&Gamble lograron no trabajar los sábados a la tarde y los domingos.

Así las cosas, queda claro que no todo lo que brilla es oro y que detrás del “FlexYVida” hay una historia de precarización y conflictos laborales.