La Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) que lidera Jorge Yabkowski y el «Colectivo Sanitario Andrés Carrasco» reclamaron al ministro de Salud, Daniel Gollan, su «inmediata intervención ante las evidencias preliminares de presencia de glifosato y sus metabolitos en insumos sanitarios y de higiene personal masivo».

Una carta en ese sentido fue recibida en la cartera de Estado con el número de expediente 26407/15-1, y especificó que hay «polémica» por «la presencia de glifosato» en algodón de uso medicinal, tampones y toallas íntimas femeninas, aseveró.

«Desde marzo último se reclasificó el glifosato con categorí­a 2A. A partir de junio, este ‘Colectivo’ impulsó la campaña nacional para su prohibición. Sin perjuicio de ello y, hasta tanto se resuelvan medidas globales y de fondo en relación con el uso masivo de los agrotóxicos, una investigación de cientí­ficos de la Universidad Nacional de La Plata (Unlp) señaló que el 100 por ciento de los algodones y gasas estériles contenían glifosato o su derivado Ampa, y también hisopos, toallitas y tampones», dijo.

Esa investigación científica fue presentada en el reciente Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que se realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), por el «Espacio Multidisciplinario de Interacción Socio-ambiental (Emisa) de la Universidad Nacional de La Plata».

«El 85 por ciento de todas las muestras fueron positivas para el glifosato y, el 62, para el derivado AMPA, el metabolito ambiental. En el caso de algodones y gasas, el índice fue del 100 por ciento», según el doctor Damián Marino, integrante del Emisa.

En relación con las concentraciones en el algodón sin procesar dominó el Ampa (39 ug/kg y 13 ug/kg de glifosato), mientras en las gasas hubo ausencia de ello, pero existió glifosato (17 µg/kg).

«Aunque esas concentraciones pueden parecer bajas en términos nominales, su presencia en mucosas o zonas cruentas de manera repetida y constante indica toxicidad potencial», puntualizó.

Por lo mismo, «se debe instruir al Anmat para que extienda y profundice la investigación y adoptar con urgencia medidas precautorias para impedir que un agente potencialmente cancerígeno se contacte con la población de manera extendida y persistente», concluyó la misiva de ambas organizaciones.

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