Jueces y referentes del ámbito judicial de todo el mundo, entre ellos los argentinos Raúl Zaffaroni, Andrés Gallardo y la diputada Vanesa Siley,  estuvieron presentes en la inauguración del seminario sobre neocolonialismo en el Vaticano y denunciaron las consecuencias del “lawfare”.

«Hay que ver al lawfare como un fenómeno de dominación política y sometimiento económico», planteó Gallardo al abrir el congreso de dos días sobre colonialismo y que es organizado por el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana con el tema «Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo: una Justicia Social con perspectiva de Bien Común».

Para Gallardo, titular del organismo organizador de la reunión, «no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia con inequidad».

Siguiendo ese pensamiento, el juez porteño denunció en un aplaudido discurso la existencia de «una lógica de sometimiento y neocolonialismo en el sistema judicial» que impide la puesta en práctica de «derechos sociales».

Así, el juez convocó a «reconocer la dominación neocolonial en nuestros sistemas políticos, jurídicos y económicos requiere de una apertura intelectual» y se preguntó «a quiénes beneficia la seguridad jurídica que nos propone el establishment».

La diputada e integrante del Consejo de la Magistratura Vanesa SiIey, única legisladora presente en el encuentro, planteó que, cuando se habla de neocolonialismo, «hay que analizar las novedosas formas que los centros de poder económico, cultural, armamentístico y financiero abordan e implantan en nuestros países».

«Esta es una conferencia con países principalmente de América del Sur y del sur de África, para analizar las formas de dominación novedosas se introduce el lawfare, que ancla su poder y su mecanismo en los medios concentrados de comunicación y en los poderes judiciales», agregó Siley, que además es titular de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales.

El filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel, por su parte, planteó la responsabilidad europea en lo que llamó «la acumulación originaria con la primera gran colonización, iniciada en 1492», antes de repasar el rol de países como Bélgica, Holanda, Inglaterra y Francia en los «procesos de colonización de las periferias».

En su intervención, Dussel llamó a construir un «mundo global policéntrico sin colonias, con una unión del Sur Global sin un eurocentrismo ideológico ni machismo y una perspectiva ética de Justicia», en lo que denominó «una segunda descolonización».