Por Alejandro Maidana

No han cesado en la empática tarea de asistir a quienes más lo necesitan, si bien el contexto de pandemia los ha imposibilitado de poder continuar con las actividades, tanto intramuros como externas, las y los integrantes de La Bemba, siguen adelante ocupando un lugar imprescindible en la sociedad.

Seguir tejiendo lazos comunitarios y colectivos como faro para una transformación que no puede esperar, ese es el camino que transitan aquellos que saben que no hay pandemia alguna que pueda ponerle freno a la imperiosa necesidad de ayudar. La aparición de un virus que todo lo interpeló, nos ha colocado en una posición de complejizar un debate que viene siendo barrido bajo la alfombra de la historia, el de luchar masivamente por una sociedad más igualitaria.

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Por ello nació esta necesidad en la médula misma de La Bemba, la de seguir abrazando a quienes participaban de los talleres y hoy se ven imposibilitados de hacerlo. Así fue como se empaparon de la espinosa realidad a la que están expuestas las distintas familias, un afuera sumamente emparentado con el adentro, con ese que los muros disciplinadores se encargan de hacerlo abrasador.

Para quienes integran este colectivo, es premisa fundamental generar instancias que favorezcan el acceso a la educación, la cultura y el trabajo de las personas detenidas. Considerando el ejercicio de estos derechos como puertas y llaves para poder pensarnos singular y colectivamente; en pos construir proyectos de vida que nos hagan más libres, y en definitiva, más felices.

Es bueno saber que no solo hay cacerolas y aplausos «contra las liberaciones masivas» en Rosario, esa falsedad que construyeron los medios de comunicación.

Por ello no dudaron a la hora de tomar la decisión de acompañar con alimentos y productos de higiene a quienes más lo necesitan, con la seguridad de que estos son solo paliativos, pero reúnen lo necesario para poder seguir ligados a un proyecto que necesita presencia. “Es bueno saber que no solo hay cacerolas y aplausos <contra las liberaciones masivas> en Rosario, esa falsedad que construyeron los medios de comunicación, también hay mucha gente que piensa que <todes> tenemos los mismos derechos, dentro y fuera de la cárcel”, indicaron desde La Bemba.

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Ornella Ravaglia integra el colectivo de talleristas y en diálogo con Conclusión, sostuvo que “dadas las emergencias que estamos atravesando, que son varias, producto de una pandemia mundial, nos vimos en la situación de reflexionar sobre nuestras prácticas ya que estamos imposibilitados de asistir a los talleres en la unidades penales por razones de público conocimiento”.

Apelamos a construir una red amiga y colectiva, que recolecte alimentos, productos de limpieza y dinero en la manera de lo posible, para poder ayudar a esas familias con pibas, pibes y adultos que transitaron nuestros espacios culturales y educativos.

En esta nueva y paradigmática etapa, la necesidad de contar con la colaboración de todas y todos es fundamental. “Apelamos a construir una red amiga y colectiva, que recolecte alimentos, productos de limpieza y dinero en la manera de lo posible, para poder ayudar a esas familias con pibas, pibes y adultos que transitaron nuestros espacios culturales y educativos. Entendemos que esto no representa una solución a los problemas estructurales que puedan tener, pero sí consideramos de suma importancia poder estar cerca de ellos transitando este paradigmático proceso”, indicó.

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El desconcierto que están atravesando aquellos que trabajaron junto a nosotros intramuros, y que hoy se encuentran fuera del encierro, es muy grande.

La complejidad de encontrarse en con una libertad atravesada por la falta de oportunidades a la que se le suma un cotidianeidad atípica producto del virus circundante. “El desconcierto que están atravesando aquellos que trabajaron junto a nosotros intramuros, y que hoy se encuentran fuera del encierro, es muy grande. Es por ello que consideramos importantísimo estar junto a ellos más allá de lo alimentario, ya que alentarlos a que no caigan en el desánimo, es fundamental”.

La Bemba del Sur necesita que esa red que vienen construyendo de manera sensible y apoyada en pilares fundamentales, se siga ramificando. Quién pueda donar alimentos, productos de limpieza o su similar en dinero, estará aportando un importante granito de arena para poder seguir construyendo ese castillo que cobije los sueños de aquellos que necesitan seguir creyendo.