Todos los pronósticos indican que la desigualdad social se agravará en los próximos meses en el país, lo cual tendrá un fuerte impacto en la medición de la pobreza, que en diciembre pasado la UCA fijó en el 40.8 por ciento, y el Indec ubicó este miércoles en el 35,5 por ciento de la población.

El Observatorio de la Deuda Social de la UCA presentó un informe en el cual evaluó la emergencia sanitaria y su impacto en el escenario socioeconómico que ya presentaba signos de complejidad.

Con este escenario, el sociólogo Agustín Salvia, que dirige el Observatorio de la UCA estimó que las medidas adoptadas por el gobierno de Alberto Fernández para frenar la pandemia «son necesarias, pero insuficientes» para evitar la profundización de las desigualdades estructurales existentes.

En el 2019, las mediciones arrojaron un 40,8 por ciento de pobreza para el tercer trimestre, según la UCA, mientas que el Indec en el mismo período arrojó un 34 por ciento. Con estos números se prevé que la pandemia profundizará la crisis y provocará nuevos pobres en la Argentina.

 > Te puede interesar: Macri dejó el poder con un 35,5% de pobres y un 52,3% de niños en esa condición

Si bien aparecen como acertadas las medidas asistenciales, como los ingresos adicionales para hogares de menos recursos, trabajadores informales y jubilados, la asistencia a empresas para el pago de salarios, la suspensión o rebaja de contribuciones patronales, más recursos para comedores, se estiman que son insuficientes.

El Observatorio recordó la medición de diciembre, en la que la pobreza durante el tercer trimestre de 2019 fue del 40,8% (16 millones de personas), pero llegaba al 66,4% entre los trabajadores marginales, mientras que en el sector medio profesional era del 0,4% y en los sectores medios no profesionales ascendía al 14,2 por ciento. La variedad de realidades sociales se replicaba también en la medición de la indigencia, cuya tasa promedio la UCA estableció en 8,9%, cuando en los trabajadores marginales era del 22,1 por ciento.

El informe muestra fuertes desigualdades en materia sanitaria y de alimentos. Recuerda que en 2019, el 21% de los hogares no pudieron acceder a atención médica el año pasado por no tener cobertura y el 19% no pudieron comprar medicamentos por motivos económicos. Pero el número crece al 40% en los barrios marginales.

En este contexto, los más afectados serán los más pobres, que no logran salir de la economía informal, sufren mala alimentación, hacinamiento, violencia doméstica y en los barrios; en un contexto más grave en materia de calidad de vida. Por otra parte, el resto de la población mantiene ciertos niveles de protección social.

Según datos oficiales, el pico más alto de la epidemia se espera para fines de abril o mayo, momento en el que se profundizará la crisis hasta que el país tenga capacidad de crecimiento, reactivar la economía y crear empleo.