Cientos de personas se congregaron en la tarde de este martes frente al Congreso para reclamar justicia por Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por un grupo de rugbiers a la salida de un boliche en la ciudad balnearia de Villa Gesell, al cumplirse un mes del crimen.

La familia de la víctima encabezó la movilización, que comenzó antes de las 18 y se replicó en diferentes puntos del país y en el exterior, con actos en las ciudades de Londres y Barcelona.

La novia y los amigos de Báez Sosa fueron los primeros en entrar al escenario y se sentaron en el piso con un cartel con la cara del joven colgando en su pecho, mientras sostenían entre todos un gran cartel que dice «Justicia por Fernando. Asesinado en Gessel. Vamos sin violencia».

La hermana Martha Pelloni, coordinadora de la Red de Infancia Robada, dijo a la prensa que el crimen de Fernando «nos ha tocado muy de cerca porque estas situaciones despiertan a la sociedad; somos emocionales, es un momento crucial para la Justicia».

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«También es crucial lo que están haciendo los medios, que son los investigadores en esta situación de Fernando. El país está acompañando a los papás, hay marchas en todas las provincias. Tenemos que hacer prevención educativa de las violencias de todo tipo que nos han convertido en un país de violencia estructural», añadió.

Otros puntos de concentración son la Plaza de la Independencia, en Mendoza; el Paseo de las Rosas, en Ushuaia; la Plaza 25 de Mayo de San Juan, la puerta del consulado argentino en Barcelona y la catedral de San Pablo, en Londres.

En la marcha también estuvieron presentes familiares de víctimas de la violencia, quienes se sumaron al pedido de justicia.

María Elena, la tía de Agustín Garrido, asesinado en diciembre en Catamarca, dijo que «el pedido de justicia nos une a todas las familias».

«La justicia va muy lenta y en el interior es mucho peor», agregó.

En tanto, Andrea, madre de Andrés Rueda, que fue asesinado por motochorros en Concordia, dijo que sintió «la necesidad de venir y acompañar a los padres de Fernando. A mi me paso lo mismo, me arrebataron a mi hijo unos delincuentes y quería venir a darle fuerza. Que sepa que no está sola y que hay toda una sociedad acompañándola. En mi caso hubo justicia y quiero decirle que no está todo perdido, que hay esperanza. Vinimos a pedir hoy que haya un país mejor», concluyó.

Juana, madre de Ángel Albarracín asesinado por dos ladrones el 7 de enero en el barrio porteño de Nueva Pompeya, dijo que llegó hasta el Congreso «a pedir Justicia. la muerte de mi hijo está en nada, los asesinos están prófugos. Entiendo el dolor que están pasando los padres».

En la zona de Congreso había mujeres con pañuelos blancos con la leyenda «Justicia por Fernando», que se colocaban en la cabeza como las Madres de Plaza de mayo.

Asimismo, los asistentes cantaban «se siente, Fernando está presente», bajo el sol que comenzaba a caer en la tarde porteña.