Sobre Alicia Moreau de Justo al 276, en Puerto Madero, las puertas de La Parolaccia Casa Tua están cerradas como consecuencia del aislamiento obligatorio por el avance del nuevo coronavirus . Los ventanales están tapados con cartón corrugado. Algunos hombres entran y salen cargando unas mesas de metal, que seguramente se usaban en la cocina, y bolsas con materiales. De a poco, el local se vacía.

Antes de la pandemia, la avenida Alicia Moreau de  Justo era el principal corredor gastronómico de Puerto Madero. Hoy se ve desierta y con la mayoría de sus locales cerrados. Con este panorama pasó de ser uno de los lugares más concurridos por ejecutivos y turistas a una carga económica insostenible para los propietarios que hace tres meses que no venden un plato de comida.

El barrio cuenta también con hoteles lujosos que previo al inicio de la pandemia estaban colmados de turistas de alto poder adquisitivo y ejecutivos que le daban vida al entorno, y lo mantenían en funcionamiento, hoy parece un barrio fantasma y sus calles y locales están vacíos.

Uno de los locales tradicionales que no pudo soportar la crisis, fue La Parolaccia Casa Tua, un restaurante de sushi al que se le acumularon las deudas y debió cerrar sus puertas dejando a todos sus trabajadores en la calle.

En este contexto, algunas empresas optaron por el take away y el delivery para paliar de algún modo la ausencia de comensales, pero no alcanza para cubrir todos los gastos.

Delivery y take away

La modalidad de delivery fue una opción que tomaron algunos locales, como un modo de tratar de sobrevivir a la crisis generada por la pandemia, pero solo alcanza al 5 por ciento de la facturación habitual. En tanto, la modalidad take away no es la que la gente más elige. A la compleja situación se le suma que las aplicaciones «te sacan el 25 por ciento» se quejaron los comerciantes, quienes aclararon que «por el momento no hemos despedido a nadie».

Por otro lado, ante una inminente apertura con protocolos sanitarios «tampoco es muy alentador», ya que si tuvieran que aumentar la distancia entre las mesas, la cantidad de cubiertos a ofrecer por día vería drásticamente reducida. Y teniendo en cuenta que el 60 por ciento de los clientes eran turistas, el panorama se vuelve más sombrío.

Fuente. lanacion.com.ar