La Secretaría de Comercio realizó desde principios de marzo más de 400 mediciones en supermercados y constató una desviación promedio en el peso real de los productos con respecto a lo que dice el envase de un 2,3 por ciento en contra del consumidor. Ese porcentaje en una bandeja de carne de 100 pesos equivale a dos pesos y monedas que paga “de más” el consumidor. No es una diferencia sustancial, pero si la empresa factura unos miles de kilos a lo largo del mes, embolsa de manera fraudulenta una suma fabulosa. El Gobierno imputó a las firmas y podría aplicar multas. Las diferencias más grandes fueron encontradas en Dia, Carrefour, Coto y Walmart, y en productos como carne vacuna, filet de salmón rosado, bife de chorizo y queso azul, que son aquellos que los supermercados fraccionan. En los controles de calidad a la industria también se detectaron irregularidades: una mayonesa light, por ejemplo, que en realidad no es light. Los controles generaron que los supermercados le metan presión a la industria para que no cometa “errores” que los arrastre a ambos a una sanción. Es que, si bien el Gobierno los toma por ahora como actores desvinculados, la jurisprudencia en el tema los define como responsables solidarios.

El Gobierno hizo uso de la resolución conjunta 320 y 95 del año 2000 de la Secretaría de Industria y la Secretaría de Defensa de la Competencia, que establece un reglamento para los criterios del contenido neto. Esa norma define que en productos de hasta 500 gramos se tolere una diferencia de 5 gramos (un 1 por ciento), entre 500 y 5000 gramos, un margen de 10 gramos y mayor a 5 kilos, de hasta 20 gramos. También hay un máximo error que se admite por lote. Si la muestra es de 13 artículos, ninguno puede venir con diferencias, en un lote de entre 14 y 50 artículos con una muestra de 13, puede haber sólo un “error”. Para lotes mayores a 1200 bienes y muestras de 200, se tolera que 10 productos difieran más que lo permitido. Las infracciones a la ley son motivo de aplicación de multas.

Esa norma se había utilizado en algún momento de la gestión de Guillermo Moreno, pero durante los últimos años no se aplicó. De hecho, cuando Augusto Costa asumió debió adquirir equipamiento. Con las nuevas balanzas, en marzo y lo que va de abril un grupo de los 60 inspectores de la dependencia oficial tocó la puerta de 14 sucursales de supermercados para realizar unos 400 controles en el peso de los productos que esas empresas se ocupan de fraccionar, como las carnes, el pescado y los quesos. En Comercio advierten que los controles van a continuar.

La mayor diferencia promedio se encontró en los supermercados Dia, con el 5,7 por ciento en 28 mediciones de seis productos en dos sucursales. Le sigue Carrefour con el 4,4 por ciento en 83 mediciones de nueve artículos en dos sucursales. En tercer lugar, Coto, con 2,8 por ciento a lo largo de 75 mediciones en 8 productos analizados en dos sucursales. En tanto, Walmart registró una diferencia de 2,6 por ciento en 93 mediciones de diez bienes pesados en tres sucursales. Un escalón más abajo están Jumbo (diferencia media de 1,7 por ciento), Vea (1,2), Disco (0,2) y Changomás (0,1 por ciento). Entre los casos de diferencias más significativas está el Carrefour de Vicente López, en donde la bandeja de salmón rosado registró diferencias de peso del 15 por ciento. En el Walmart de La Plata, la diferencia en el peso del peceto fue del 29 por ciento.

La secretaría abrió investigaciones e informó a los supermercados de las imputaciones. La nueva legislación aprobada a fines del año pasado en el paquete que incluyó la ley de Regulación de las Relaciones de Producción y Consumo, que reemplazó a la Ley de Abastecimiento, establece que si Comercio aplica multas, las empresas tienen que pagar para poder después apelar en la Justicia. Eso representa un cambio sustancial con respecto al esquema anterior, que permitía a las firmas patear para adelante (lo que a veces equivalía a años si es que llegaba el momento) el pago de las sanciones. Los mayores controles en este contexto del “pague y después reclame” genera mucha preocupación en el sector privado. Es una especie de nueva ley de los grandes números, porque centavos en negocios tan masivos, son millones.