Foto: Carolina Abrile en su taller.

 

Los artesanos santafesinos Carolina Abrile, Gabriel Cepeda y Ruperto Fernández Bonina fueron seleccionados para participar de la muestra “Art Shopping”: un evento artístico que se realizará entre el 21 y el 23 de octubre en el Carrousel du Louvre de París. En esta oportunidad, los trabajadores crearon piezas en cuero, cerámica y un dibujo sobre lienzo, los cuales cruzarán el charco para ser exhibidos en la reconocida exposición.

La artesana Carolina Abrile –quien vive en la ciudad de Reconquista, al norte de Santa Fe– es una trabajadora del cuero. Si bien se destaca por realizar objetos de uso cotidiano, como mates, cintos o sandalias, para este evento creó una pieza llamada “Reunir”, que representa su historia personal, marcada por desarraigos y reencuentros, como así también algunos aspectos que dan cuenta de la actualidad del país, como la grieta y la necesidad de una construcción colectiva.

Por su parte, el ceramista de Granadero Baigorria, Gabriel Cepeda, elaboró una escultura de cerámica llamada “Ndinì Apitè”, que en lengua Chaná quiere decir “pájaro guardián”. La pieza, que mide aproximadamente 30 x 15 centímetros, representa a “un ave que está cuidando una vasijita y una flecha indígena”, según contó el artesano a Conclusión, quien además detalló que con esta obra buscó representar el trabajo que realiza para recuperar la cultura y la lengua Chaná en la zona.

El dibujante rosarino Ruperto Fernández Bonina, en tanto, participará de la muestra con un grafito sobre tela al que llamó “Amontonados pero no juntos”. Este artista realiza sus obras sin dibujo previo y, para no perder las imágenes que crea en su mente, registra los bocetos con trazos rápidos que conserva en un envase, al cual llama su “caja de ideas”.

Consultada por este medio sobre cómo llegó la invitación de participar en la muestra “Art Shopping”, Abrile comentó: “A mí me convocó un compañero artesano que participó el año pasado. Si bien la exposición es de artes visuales, él hizo una movida y en ese momento logró sumar a cuatro artesanos más, era algo nuevo porque la artesanía está considerada un arte menor. Este año mi compañero siguió trabajando con el gestor cultural Diego Real y lograron incluir a sesenta artesanos más de todas las provincias de Argentina”.

«Reunir», una pieza hecha en cuero por la artesana Carolina Abrile.

Cabe destacar que Abrile es la única artesana de la provincia que viajará a París y estará presente en la muestra, siendo la encargada de llevar los trabajos de sus dos compañeros. El traslado de las piezas tiene un costo adicional al pasaje y, en el caso de los santafesinos, este monto fue íntegramente abonado por ellos.

Al respecto, Abrile indicó que si bien se gestionaron algunos apoyos económicos por parte del Estado, los mismos no se consiguieron. Por su parte, Cepeda aclaró: “En mi caso, recibo mucho apoyo económico por parte de entidades independientes y gubernamentales y no quería pedir más por una cuestión que es personal”.

El artesano, además, indicó que los organizadores del evento brindaron un curso de embalaje para garantizar la máxima seguridad de las piezas durante su traslado. Consultado sobre los cuidados implementados a la hora de movilizar una obra de cerámica, Cepeda aseguró que tomó “todos los recaudos”.

En cuanto a la muestra, Abrile manifestó ante Conclusión: “Estamos hablando de llevar otras piezas y ver otros mercados, pensando en la exportación”. Por su parte, Cepeda expresó su deseo de que la participación en este evento les “abra puertas”.

De la artesanía al arte

Para elaborar las piezas que se expondrán en la muestra, los artesanos debieron afrontar un desafío importante: salir de la elaboración de piezas para el uso cotidiano –como vasijas, cacharros, mates, cintos y sandalias- para crear una obra de arte, cargada de simbolismos y significados.

Para Abrile el hecho de exponer en París tocó una fibra sensible. “Yo viví en Francia siete años, fuimos exiliados durante la última dictadura cívico militar, y cuando volvimos a Argentina, en 1984, yo cerré esa etapa. Pero antes de la pandemia mi hija hizo un viaje por Europa y movilizó un montón de cosas. Y cuando surge esta propuesta de mandar una pieza a París, sentí que era volver a Francia a través del arte, de mi oficio”, relató.

“Amontonados pero no juntos”, dibujo realizado por Ruperto Fernández Bonina.

Y agregó: “Mi artesanía es en cuero pero no es tradicional, es contemporánea. En estos tiempos empecé a buscar la identidad y transmitirla a través de mi pieza”. La obra, además, está influenciada por un estilo incaico de formas circulares, inspirado en un dibujo animado que la artesana miraba cuando era pequeña. En este trabajo, el pasado y el presente se reúnen, cerrando un círculo de desarraigos y apostando a la reunión.

Por su parte, Cepeda sostuvo: “Yo no soy escultor, son ceramista, pero me pareció que esto me permitía ir un poco más allá de mi trabajo e hice una escultura, que es un pájaro bastante contemporáneo en su forma, que está cuidando una vasijita, chiquita, indígena, y una flecha. Tiene mucho que ver con el trabajo que yo hago que es la recuperación de la cultura y la lengua Chaná en la zona, y me pareció que llevar eso tenía una carga simbólica y un sentido muy fuerte”.

Artesanía: oficio e identidad

Cuando comenzó la pandemia, artesanos de todo el país comenzaron a reunirse virtualmente y conformaron la Unión de Artesanos y Artesanas Argentinos. “Nosotros nos consideramos un sector, pero formalmente no lo somos porque no tenemos leyes y no estamos reconocidos”, comentó Abrile.

Y detalló: “Yo tenía la necesidad emocional de conectarme con artesanos, buscaba mi pueblo. La artesanía me permitió desarrollarme como persona, encontré ahí mi oficio, y en la pandemia me encontré con un montón de compañeros, y me encontré con el pueblo que buscaba”.

“Ndinì Apitè”, escultura en cerámica hecha por el artesano Gabriel Cepeda.

Consultada sobre sus inicios en la artesanía, relató: “Yo terminé la secundaria y estaba buscando qué quería ser, y en esa búsqueda encontré la artesanía gracias a dos artesanos que vinieron a Reconquista. Era un puestito, en una esquina, y me encantó mirar el paño y ver cosas espectaculares. Empecé con la pincita y con alambre hasta que encontré el cuero y me encantó. Inicié con sandalias, para hacer algo útil que le sirva a mi entorno”.

Profundizando en el trabajo con cuero, observó: “En una sociedad que come tanta carne, es necesario hacer algo con el cuero. Yo aprendí el oficio porque mi abuela me regaló unos suecos y me llevó a conocer a la artesana, que era una vecina. La chica me dijo que si quería vaya al taller a trabajar y de paso aprendía”.

Para Cepeda, en cambio, la cosa estuvo más clara desde un principio: “Me inicié con la cerámica desde que nací porque desde que soy muy chiquito jugaba a hacer ollitas de barro, hacía pozos en la tierra, les tiraba agua y hacía cacharritos. Nunca paré hasta el día de hoy. Tengo 61 años y podía decir que hace 50 que hago cerámica. Eso y la música son las dos actividades fundamentales de las cuales vivo”.

Finalmente, habló de la actualidad del oficio y consideró: “Hace mucho que a la artesanía la han mezclado con el microemprendedurismo, y se la ha desmerecido y corrido de lugar. Quedan muy pocos espacios donde el artesano puede ir a mostrar y a vender su producción. Ya no hay una feria pura de artesanía, lo que hay es un popurrí de cosas donde ha bajado la calidad y esto hace que baje la cantidad de público. El momento en que vivimos tampoco es el mejor en cuanto a ventas”.