Por Alejandro Maidana

La tranquila tarde de lunes en Timbúes se vería interrumpida por una nueva aplicación de agroquímicos. Este enemigo de la calidad de vida de los pueblos, parece tener la receta justa para continuar su camino basado en la impunidad.

Torcer este rumbo productivo que sólo asegura un deterioro ostensible de la salud y el avance sostenido de la frontera sojera, es de una imperiosa necesidad. Si bien es cierto que han avanzado una serie de prohibiciones, los agronegocios siguen siendo los titiriteros de una economía sumamente dependiente de aquellos que sólo poseen conciencia material.

“Esto se dio cerca de las 15 horas, me encontraba caminando con mi señora sobre la calle de tierra lindera al campo cuando un fuerte olor nos impactó. Allí pudimos ver al mosquito aplicando algún tipo de herbicida con total impunidad”, sostuvo José Febre, integrante de Vecinos Autoconvocados por la Vida en diálogo con Conclusión.

Alertado por esto, no dudó en tomar fotografías para poder documentar lo que estaba sucediendo, “aparte de fotografiar y filmar la fumigación, me acerqué a la guardia urbana que se encontraba en su cabina en el acceso a los puertos, muy cercano al ingreso de La Paloma Cereales. Le comento lo ocurrido a lo cual me contesta que ya había realizado la llamada pertinente, recibiendo como respuesta que la receta de la aplicación había sido aprobada con anterioridad”, indicó.

Cabe destacar que si bien la receta puede ser firmada por el Secretario de Medio Ambiente otorgando el permiso, el mismo debe llegarse al lugar para constatar que la aplicación sea exacta, correcta y si las condiciones climáticas son las óptimas.

“El viento soplaba de norte a sur y la temperatura era muy baja, es decir que la aplicación debió haberse suspendido. Al ser este un campo lindero al pueblo, y el viento dirigía la aspersión hacia esos lares, debemos argumentar que nos encontramos ante un nuevo atropello a la salud de la población de Timbúes”.

Los barrios La Paloma, Villa Adriana y Ferruccio fueron los más afectados. “Como Vecinos Autoconvocados por la vida vamos a denunciar esta fumigación, esto no da para más, hay loteos y barrios nuevos que están repletos de niños. A ellos sólo les importa el rinde de la soja y el maíz, este es un delito ambiental que repudiamos enérgicamente”, enfatizó.

La preocupación es muy grande, ya que muchos habitantes señalan que la inacción de la Secretaría de Medio Ambiente del lugar es insostenible. “Hacen oídos sordos de manera sistemática a nuestros reclamos, suelen llegar a su trabajo a las 11 de la mañana cuando las fumigaciones ya se han realizado. Ya estamos trabajando para darle curso a un nuevo proyecto de ordenanza que limite los metros de las fumigaciones terrestres y la prohibición del glifosato en Timbúes”, concluyó Febre.