El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de Naciones Unidas (ONU) ha sido aprobado por más de 150 países que han asistido hoy a la conferencia intergubernamental de la ONU organizada en Marrakech.

La aprobación del discutido pacto se produjo por aclamación durante la sesión plenaria presidida por el secretario general de la ONU, António Guterres; la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, y Naser Burita, el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, el país anfitrión de la conferencia.

En su intervención, Guterres lanzó un mensaje a los países que se negaron a firmar el pacto, expresaron reservas sobre el texto o pidieron más tiempo, a los que insistió que «no es un tratado» y «no es jurídicamente vinculante», buscando dejar abierta la puerta para adherentes futuros.

El texto garantiza «el derecho soberano de los Estados a determinar su política de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional», dijo el secretario general.

Guterres lamentó asimismo la existencia de «falsedades» sobre el documento y el fenómeno migratorio en general.

La presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, reiteró que el documento es un instrumento flexible que se adapta a las necesidad nacionales de los Estados.

«Es un momento histórico porque damos un rostro humano a la emigración», dijo, antes de subrayar que los Estados «por poderosos que sean, no pueden afrontar el reto migratorio solos».

Quince jefes de Estado, ocho primeros ministros y numerosos cancilleres y responsables tomaron parte en este encuentro que durará dos días.

Algunos países, particularmente los receptores de inmigrantes, como Australia, Chile, Italia, Israel, además de un numeroso grupo de los centroeuropeos se retiraron del pacto en las pasadas semanas y hasta ayer, mientras que Estados Unidos se opuso a él desde el principio.