Estados Unidos no busca derrocar al gobierno de Venezuela ni «sabotear» su economía, y está «abierto» al diálogo en busca de mejorar la relación con ese país sudamericano, cuya situación será una de las prioridades para el presidente estadounidense, Barack Obama, en la Cumbre de las Américas que sesionará el mes próximo en Panamá, afirmó hoy un alto funcionario del Departamento de Estado.

Mientras tanto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, publicó en el diario neoyorquino The New York Times una carta dirigida a Obama, en la que le pide que «cesen las acciones hostiles» de Washington hacia Caracas y lo acusa de querer «gobernar por decreto a los venezolanos».

«Quiero ser claro: no es nuestra política o nuestra intención la de promover la inestabilidad en Venezuela o avalar soluciones a los problemas políticos de Venezuela que son acordes con su propio sistema legal», aseguró el subsecretario adjunto para América del Sur y Cuba del Departamento de Estado, Alex Lee, ante los miembros del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Senado.

El funcionario sostuvo que la administración Obama «no busca la caída del gobierno venezolano ni trata de sabotear la economía venezolana» y resaltó que Estados Unidos continúa «siendo el mayor socio comercial de Venezuela».

«El presidente Maduro ha expresado públicamente el deseo de mejorar nuestra relación bilateral y estamos abiertos al diálogo; mantenemos las relaciones diplomáticas y damos la bienvenida a las conversaciones y el debate», agregó Lee.

El subsecretario respondió afirmativamente cuando la senadora Barbara Boxer (demócrata por California) quiso saber si Obama tendrá a Venezuela entre las prioridades de su agenda para la Cumbre de las Américas que se celebrará el 10 y el 11 de abril en la capital panameña.

Asimismo, el diplomático opinó que las elecciones para renovar la totalidad del parlamento unicameral de Venezuela -que deben realizarse este año pero aún no fueron convocadas- «representan una oportunidad» porque «unos resultados creíbles podrían reducir las tensiones» en el país.

«Hemos instado a los socios regionales a alentar a Venezuela a aceptar una misión de observación electoral internacional sólida; ahora es el momento, para la región, de colaborar juntos para ayudar a Venezuela a trabajar por una solución democrática a los desafíos que enfrenta», subrayó Lee.

Por otra parte, Maduro reclamó a Obama que «cesen las acciones hostiles del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo y la democracia en Venezuela, así como que «derogue la orden ejecutiva (decreto) que declara a Venezuela como una amenaza» para la seguridad norteamericana y «que se suspensan las injuriantes y pretendidas sanciones contra honorables funcionarios venezolanos».

En la nota, divulgada en español por su cancillería, Maduro calificó como «acto desproporcionado» al decreto del 9 de este mes, en el que Obama declaró a Venezuela como «amenaza inusual y extraordinaria» para su seguridad nacional e impuso sanciones económicas y migratorias a siete funcionarios venezolanos a los que acusa de haber violado derechos humanos.

Obama, «sin autoridad para intervenir en nuestros asuntos internos, de forma unilateral inició una serie de sanciones contra funcionarios venezolanos y ha abierto la compuerta para continuar con este tipo de sanciones, interfiriendo en nuestro orden constitucional y nuestro sistema de justicia», sostuvo Maduro.

«Nunca antes en la historia de nuestras naciones un presidente estadounidense intentó gobernar por decreto a los venezolanos», dijo Maduro y agregó que la decisión de Obama representa «una orden tiránica e imperial» que recuerda «los días más oscuros de las relaciones de los Estados Unidos con América latina y el Caribe».

Maduro destacó que «la historia» de ambos países «ha estado conectada desde el inicio» de las comunes «luchas por conquistar la libertad», a tal punto que «Francisco de Miranda, héroe venezolano, compartió con George Washington y Thomas Jefferson durante los primeros años de la naciente nación estadounidense los ideales de justicia y libertad».

«Las relaciones entre nuestros pueblos siempre han sido de paz y respeto», aseguró Maduro, y añadió que, a través del suministro de combustible subsidiado a comunidades de bajos ingresos de Estados Unidos, Venezuela «ha mostrado cómo la solidaridad puede construir alianzas poderosas tras fronteras».

«Alertamos a nuestros hermanos estadounidenses, amantes de la justicia y la libertad, por la ilegal agresión que está cometiendo el gobierno en su nombre» y «no permitiremos que nuestra amistad con el pueblo de los Estados Unidos sea afectada por esta decisión absurda y sin fundamento del presidente Obama», señaló Maduro.