Por Facundo Díaz D’Alessandro

¿Bajo qué orden se organiza, hoy por hoy, geopolíticamente, el mundo? ¿Estamos transitando un cambio de régimen? ¿La hegemonía de Estados Unidos como potencia excluyente está terminada? ¿China asume el mando? ¿Rusia vuelve a ser contrapeso global? ¿Todas estas dudas pueden derivar en un conflicto bélico a gran escala?

Los interrogantes en torno al tablero del orbe están a la orden del día, y para el observador no avezado (sobre todo habitante de Occidente), puede ser fácil marearse e incluso caer presa de la desinformación o el análisis eminentemente sesgado por una visión «globalizada» de la política internacional.

El filósofo e historiador político Alexandr Dugin no es precisamente un improvisado en la materia, sino todo lo contrario, y visitó el pasado abril Argentina para exponer en distintos lugares del país, entre ellos en la sede Azopardo (Ciudad de Buenos Aires) de la Confederación General del Trabajo (CGT), en el marco de la conmemoración del Congreso de Filosofía realizado hace 70 años en Mendoza.

Dugin, además de oficiar como consultor del presidente ruso Vladimir Putin (sobre quien no teme mostrarse crítico), es el autor de la Cuarta Teoría Política (entre otras numerosas publicaciones), que busca superar analíticamente los tres sistemas que dominaron el mundo entre los siglos XIX y XX: el liberalismo; el marxismo/comunismo; y las ideologías como el fascismo o el nacional-socialismo. El pensador reivindica los «valores de la civilización de la tierra, orgánica», cuyo último bastión muchos ven representado en Rusia, y que representan «la existencia y la eternidad«, en contraposición a «el mar total», que plantea el mundo anglosajón, «sin raíces», y que simboliza «el tiempo, que se acaba».

Antes de exponer en el Salón Felipe Vallese de Azopardo 802, Dugin accedió a un mano a mano con Conclusión en el que aclaró que «nunca se puede excluir la posibilidad de una guerra» ya que estamos en un momento de transición de un «mundo unipolar hacia uno multipolar», definió las «dos visiones de la unipolaridad» en Estados Unidos, expuso cómo «agentes del globalismo» se infiltran en los gobiernos, incluido el de Putin, analizó la «tragedia» que significó la anexión de Crimea y hasta se refirió a la situación política argentina, un país por el que expresó «adoración», en especial por la «tradición peronista», que ubicó cercana a su visión.

La guerra es posible, pero no de Rusia contra otros países, sino como una forma de esta transformación general, donde Rusia representaría la multipolaridad y los globalistas representarían la unipolaridad

– ¿Alguno de los escenarios de conflicto que tiene Rusia abiertos, sobre todo en sus zonas de frontera, puede derivar en un conflicto armado a gran escala, teniendo en cuenta la influencia de Estados Unidos y la Otan?

– En política exterior internacional nunca se puede excluir la posibilidad de una guerra, precisamente es la naturaleza de las relaciones internacionales. Es siempre posible. Cuando lo reconocemos así, esto nos obliga a intentar evitarla, siempre es evitable. Estamos en un momento muy difícil, se da una transición del mundo unipolar hacia uno multipolar. Esta es la gran transformación total de todo equilibrio de las relaciones internacionales, porque el sistema unipolar existe, empezó después de la caída de la URRS, y fue llamado por Fukuyama «el fin de la historia» y también globalización. Hoy esta estructura se destruye: Trump, Putin, Islam, China, la crisis de Europa; es una crisis de la globalización, muestra que se manifiestan nuevos polos de la multipolaridad. Por cierto esto crea nuevos peligros, transforma el equilibrio. Por eso la guerra es probable, posible, pero no de Rusia contra otros países, la guerra puede ser una forma de esta transformación general donde Rusia representaria la multipolaridad y los globalistas representarían la unipolaridad. Es muy importante el fenómeno de Trump, porque muestra que en Estados Unidos hay dos visiones de este uinipolarismo: por una parte globalistas que son vencidos por Trump y eran representados por Hillary Clinton, por Soros, globalistas puros; y por otra parte nacionalistas o imperialistas, que son diversos, más cercanos a la posibilidad de la multipolaridad. Los límites, las fronteras del multipolarismo, se definen hoy. Por eso todo lo que pasa en Siria, en Medio Oriente, África, alrededor de Rusia, también en Venezuela y en otros lugares del mundo, en todo esto están los elementos de este cambio del sistema internacional. Es peligroso, esta transición no está acabada, está en proceso, pero la existencia de unipolaridad no es posible más. La idea norteamericana de Medio Oriente ha llevado a una situación de muerte de cientos de miles de personas entre árabes, creación del Estado Islámico. Nada puede frenar esta transición.

– Esas fuerzas globalistas, pro-occidentales, liberales, ¿funcionan en Rusia, dentro o fuera del gobierno?

– El sistema del globalismo, de los liberales, se ha planteado en todos los países, a excepción puede ser de Corea del Norte. En todos los otros países, en Rusia, hay representantes de esta red, una forma de la existencia del sistema precedente, unipolar, desde hace treinta años mas o menos, en todas las sociedades. Solamente hoy se ve que este sistema no funciona más propiamente. Nosotros llamamos a esto quinta columna. Es la oposición abierta a Putin, son pocos y no tienen ningún apoyo allí, no pueden soñar con tener el poder. La sexta columna es mucho más peligrosa, porque son los liberales adentro del sistema de gobierno, leales a Putin. Por ejemplo el primer ministro (Dmitri) Medvédev. Es una figura del liberal globalismo. Personalmente es leal a Putin pero no comparte su visión, es un gran peligro para Rusia esta situación. La sexta columna es mucho más peligrosa que la quinta. En China también están, pero los chinos destruyen esas columnas mejor que nosotros. La quinta columna no es seria, ni en Rusia ni en China. La sexta es verdaderamente peligrosa, porque no se ve, está oculta, adentro del sistema, infiltrada. Después de treinta años han llegado a puestos muy importantes. En la situación de transición del poder, después de la presidencia de Putin, podría jugar el papel muy negativo.

No era necesario añadir Crimea a Rusia, podría refundarse Ucrania con dos identidades. Putin no ha hecho ni una ni otra. Un gran líder también puede equivocarse

– ¿Cuál es la situación en Crimea? ¿Puede derivar en un aumento de la tensión bélica?

– Es una situación trágica, no es una victoria del patriotismo ruso, de ninguna manera. Hemos perdido Ucrania. Los occidentales globalistas han empujado a ucranianos contra la corrupción de (Víktor) Yanukóvich, que no era tan pro ruso, era corrupto. Pero la propaganda y agentes de Occidente han transformado el odio a Yanukóvich en odio contra Rusia. Después de esto y del golpe de estado de Maidán (manifestaciones de índole europeísta y nacionalista ucraniana), los anti rusos han llegado al poder. Putin ha tomado Crimea, se ha reunificado como un paliativo, no como una una estrategia, fue una respuesta, una reacción contra esto. Pero era una parte del país, de la populación ucraniana que estaba a favor de Rusia, toda la parte oriental, la mitad de Ucrania. Putin ha acabado esta liberación de la Nueva Rusia (Donetsk y Lugansk), de esta parte oriental de Ucrania con Crimea, no era estratégicamente el paso adecuado. Era el paso no eficaz. Debemos ayudar a esta Nueva Rusia, Ucrania oriental, para afirmarse, escoger libremente su destino. Y teníamos todas las posibilidades, hemos perdido eso. Crimea fue una salida a la mitad. Es mejor que dejar todo Ucrania a fuerzas globalistas, pero es mucho peor de lo que Putin debía hacer en ese momento. Gran error estratégico de Putin, acabar esta liberación de la Nueva Rusia. No era necesario añadir a Rusia, podría refundarse Ucrania con dos identidades. Putin no ha hecho ni una ni otra. Un gran líder también puede equivocarse, porque es humano. No es fatal, es negativo, estoy contra los que afirman que Crimea fue una gran victoria, no pienso así, pero comprendo perfectamente por qué Putin ha hecho esto, sin Crimea el error sería más grave, peor en todo sentido, pero eso no es objeto de mi orgullo, hoy los ucranianos nos odian mucho más que antes. No es positivo para dos pueblos que son muy cercanos, ortodoxos, eslavos, los ucranianos son rusos occidentales, nosotros orientales.

Estoy convencido que Argentina tiene un gran futuro y que es vanguardia de la resurrección de América Latina

– ¿Cómo analiza la situación política latinoamericana y en particular de Argentina?

Amo mucho a Argentina, como país, el pueblo, la sociedad. Me recuerda a la Europa verdadera. Cuando llego a Europa no veo más a Europa, veo la destrucción total, una post- Europa. Aquí es Europa en sentido positivo, tradiciones, dignidad, gente normal. Mucho más normal que en Europa; por otro lado creo que es el país más intelectual del continente, de América Latina, culturalmente más desarrollada, con su filosofía, con su cultura, con su tradición del peronismo. Adoro al peronismo, una forma del pensamiento cercana a la Cuarta Teoría Política que yo defiendo y desarrollo. Por eso, cada viaje a Argentina para mi es grande, dichoso. Creo que hoy los argentinos necesitan una posibilidad de escoger vuestro futuro. En mi opinión, el liberalismo de derecha de (Mauricio) Macri o de izquierda de (Cristina) Kirchner, no responden, son demasiado estrechos con la posibilidad de escoger, una limitación de vuestra libertad, de vuestra identidad. Por eso me gustaría ver terceros candidatos, al menos simbólicos. Podría ser el que representaría el espíritu del pueblo, de la identidad argentina, de la tradición peronista, el peronismo del futuro. Puede ser Lavagna, puede ser otro, no se, no se sabe, pienso que necesitas una tercera opción en las elecciones, porque el liberalismo de Macri, su orientación al globalismo, a Estados Unidos, es muy limitada, no corresponde a expectaciones del pueblo, Kirchner también ha mostrado incapacidad de resolver muchos desafíos de la sociedad. No conozco detalles de política interior, pero estoy convencido que Argentina tiene un gran futuro y que es vanguardia de la resurrección de América Latina

 


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