Alemania, el país con economía más sólida en toda Europa, al parecer no será capaz de evadir el enfriamiento de la economía global en el propio territorio.

Las cifras indican que allí se registrará una contracción del Producto Bruto Interno (PBI) del 0,2% en el tercer trimestre, tras una caída anterior en torno al 0,1%, entre abril y junio, según las previsiones del Instituto de Investigación Económica de Alemania (DIW).

«En el tercer trimestre en curso, es probable que la actividad vuelva a disminuir en un 0,2%. Por lo tanto, la economía alemana estaría en una recesión técnica», anticipó el instituto alemán, uno de los más prestigiosos del mundo en términos de investigación económica.

Así, Angela Merkel ve como la economía alemana se dirige a una recesión, en la cual, en términos técnicos, entraría en caso de registrar otro trimestre con resultado negativo en su PBI.

Por su parte, el analista económico y experto en las variables alemanas, Simon Junker, consideró que el inminente Brexit ya afecta (y en gran medida) a países como Alemania, estrechamente ligados al Reino Unido, «en una espiral descendente».

También resaltó las amenazas para otros países como Italia, y toda la eurozona, que representan las disputas comerciales de Estados Unidos. «Todo esto es veneno para la economía alemana», agregó Junker.

En caso de ratificarse la contracción del PBI alemán entre los meses de julio y septiembre, el país germano entraría en recesión por primera vez en seis años, tras las caídas de finales de 2012 e inicios de 2013.

El «enfriamiento» de la principal economía europea es un síntoma más (y uno muy claro) del momento actual que se vive en términos de comercio global.

En plena tensión comercial entre Estados Unidos y China, con el surgimiento y apoyo de partidos críticos del modelo socioeconómico «globalizado», el debate que parece cernirse, sobre todo en el caso de países «emergentes», es cuál es el modo adecuado para «abrirse al mundo» y hasta dónde es importante volver a adaptar consignas como la conocida «vivir con lo nuestro».

Sumida en medio de un tembladeral financiero, Argentina vuelve a sacudirse a expensas del capital financiero internacional, tras quedar condicionada al extremo por el nivel de títulos de deuda en manos de acreedores externos, especialmente el Fondo Monetario Internacional.

Ademñas, también entra en cuestión el incipiente tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Ya no sólo desde Sudamérica miran de reojo el acuerdo, sino que el propio presidente francés, Emmanuel Macron, puso en duda que vaya a concretarse.