Alemania cerrará este viernes 31 de diciembre tres de sus últimos seis reactores nucleares, informaron este jueves medios locales, lo que acerca al país cada vez más al abandono definitivo de la energía atómica, previsto para fines de 2022.

Las centrales de Brokdorf, Grohnde y Gundremmingen C serán desconectados este 31 de diciembre y dejaran de suministrar electricidad, informó hoy el portal RTL News.

«El abandono de la energía nuclear es irreversible», afirmó la flamante ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemk, del Partido Ecologista y miembro de la coalición gubernamental Los Verdes, quien señaló que el país avanza «según lo previsto».

En 2011, tras el accidente nuclear en la planta japonesa de Fukushima, el entonces Gobierno alemán de la canciller Angela Merkel había acordado el abandono de la energía nuclear a finales de 2022.

Sin embargo, los debates de las últimas semanas demostraron que no todos en Alemania comparten la opinión de la dirigente.

Varios líderes empresariales, entre ellos el ex director general de la química BASF, Jürgen Hambrecht, pidieron que se prolongue la vida útil de las centrales existentes, reportó la agencia de noticias DPA.

Los críticos, como Hambrecht, temen que se produzcan cortes en el suministro eléctrico, sobre todo porque el país también quiere eliminar gradualmente la generación de energía a base de carbón antes de 2038.

No obstante, el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), entre otros, contradijo dicho pronóstico.

En un análisis reciente, los expertos señalaron que habrá «capacidades suficientes» para asegurar el suministro de energía en Alemania, incluso después de que se haya completado el abandono de la energía nuclear.

EL DIW hizo hincapié en que si el sistema eléctrico alemán pasa «rápidamente a las fuentes de energía renovables en combinación con opciones de almacenamiento y flexibilidad», la seguridad del suministro no corre peligro a medio plazo.

Pero más allá de la preocupación por los cortes de electricidad, con cada vez más frecuencia se dice que la energía nuclear apenas emite dióxido de carbono (CO2) en comparación con el carbón y el gas.

Esta es una discusión que hace tiempo propone la Comisión Europea para definir si la energía nuclear puede clasificarse como una inversión «sostenible» en el futuro, es decir, si debe recibir una especie de etiqueta verde.

Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la energía nuclear provoca 40 veces menos emisiones de gases de efecto invernadero que una central de gas eficiente.

Sin embargo, los críticos del uso de la energía nuclear consideran que este argumento contiene falsas promesas.

«Existe la promesa de disponer de una forma de energía baja en CO2, o incluso libre de CO2, que nos libere de tener que resolver la cuestión energética de forma realmente sostenible», dijo el presidente de la Oficina Federal de Seguridad de la Gestión de Residuos Nucleares (BASE), Wolfram König.

«La energía nuclear no está libre de CO2, por supuesto», explicó y precisó que comienza con la extracción de uranio, que «conlleva considerables problemas medioambientales».

König enfatizó, asimismo, que ni siquiera la construcción de centrales nucleares está exenta de CO2 y calificó de «obsoletos» los debates sobre la posible ampliación de la vida útil de los reactores ya que no existe una base política, técnica ni jurídica para volver a ponerlos en funcionamiento.

En tanto, la presidenta de la Oficina Federal de Protección Radiológica, Inge Paulini, advirtió sobre los peligros de los accidentes nucleares.

«Los riesgos de la energía nuclear son incontrolables. Los accidentes de Chernóbil y Fukushima lo han demostrado», sentenció.

Sin embargo, el abandono de la energía nuclear en Alemania no supone el fin de la radiación ya que los residuos nucleares acumulados durante décadas seguirán emitiendo radiaciones en grandes cantidades.

Los expertos prevén unas 10.500 toneladas de residuos altamente radiactivos procedentes de elementos combustibles para 2080.