Unos 2.106 cargos políticos estuvieron en juego en los comicios de Arabia Saudita este domingo, de los cuales por elección popular diecisiete, un 1%, terminaron siendo para mujeres.

“Aunque solo se hubiera elegido a una mujer, estamos realmente muy orgullosas. Honestamente, no esperábamos que ninguna ganara”, dijo la activista de los derechos de la mujer Sahar Hasan Nasief, originaria de la ciudad de Yedá, en el mar Rojo.

De hecho, en este país en el que se rige con una interpretación extrema del islam, una de las mujeres candidateadas, Salma Bent Hizab al Oteibi, ganó un escaño en el consejo municipal de Madrakah, una localidad de La Meca, que es el primer lugar santo de la religión islámica. Compitió a su vez frente a siete hombres y otras dos mujeres.

En total, los ciudadanos eligieron entre unos 6.000 candidatos hombres y 978 mujeres, quienes por primera vez aspiraban a un lugar en las 284 asambleas municipales, las únicas compuestas por representantes electos pero con poder limitado.

Para llegar a esto, las mujeres tuvieron que superar muchos obstáculos, como por ejemplo, el no tener derecho a reunirse cara a cara con votantes masculinos durante la campaña. Otro fue que las electoras aseguraron que su registro en las listas se vio entorpecido por obstáculos burocráticos, y por el hecho de no poder conducir.

A raíz de esto fue que el número de mujeres representadas en el padrón fue de menos de 10% del total, de 1.486.477 personas, por lo que sus esperanzas de resultar electas eran pocas. Unas 119.000 mujeres se inscribieron por primera vez en una lista electoral, según cifras oficiales.

En al menos una zona del país, la participación de las mujeres superó el 80%. Se trata de la región montañosa de Baha, en el suroeste del país, donde 946 de las 1.146 mujeres registradas fueron a votar, según la comisión electoral local.