La cifra de muertes causadas por el huracán Otis en el Pacífico mexicano se elevó este domingo a 48, con el reporte de cinco decesos en el municipio de Coyuca de Benítez, vecino a Acapulco, sur del país, mientras que los daños por el meteoro alcanzan los 15.000 millones de dólares, informaron las autoridades.

Este es el primer balance que se conoce de municipios limítrofes con Acapulco, con cerca de 780.000 habitantes y donde se contabilizan el resto de los decesos y la mayoría de los daños materiales.

A su vez, un comunicado del Gobierno federal corrigió la cifra de desaparecidos a seis, de los 36 reportados inicialmente por el estado de Guerrero, donde se localiza el balneario afectado.

El gobierno federal contabilizaba hasta la tarde del domingo más de 273.000 viviendas, 600 hoteles y 120 hospitales con distintos daños, mientras que doce carreteras y caminos seguían obstaculizadas por deshechos.

El balance añade que se ha restablecido la energía eléctrica para más de la mitad de la población.

Por su parte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció este domingo presencia en Acapulco.

El recuento de las víctimas ha sido lento luego de que el ciclón colapsó las telecomunicaciones y el servicio de energía eléctrica, que se han ido restableciendo gradualmente el fin de semana.

El meteoro, que llegó la madrugada del miércoles como categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, dejó además una ola de destrucción en esta ciudad de casi 780.000 habitantes que vive del sector turístico, prácticamente en ruinas.

«Estamos avanzando en la distribución eficiente de la ayuda humanitaria, brindar los apoyos pertinentes y avanzar en la restauración de los servicios», informó en X Evely Salgado, gobernadora de Guerrero.

Luego del paso de Otis, comercios y supermercados fueron saqueados por pobladores, desesperados por tener alimentos y agua, aunque también se registraron robos de distintos artículos.

La ayuda del gobierno y de organizaciones privadas empezó a ser distribuida la tarde del viernes, luego de que se habilitara el aeropuerto de Acapulco y se agilizara poco a poco el tránsito en las carreteras.

Sin embargo, el proceso es lento y en varios sectores vecinos exigen ayuda y se organizan para limpiar los destrozos de sus comercios y casas.

Contrario a todos los pronósticos y rompiendo récords, Otis pasó en unas seis horas de tormenta tropical a un poderoso huracán categoría 5 poco antes de tocar tierra.

Habitualmente unas 24 horas bastan para que se protejan comercios, casas, hoteles y los pobladores se hagan de alimentos y agua, pero lo sorpresivo de este meteoro tomó desprevenidos a meteorólogos y autoridades.