El Parlamento israelí dio hoy un primer paso para un aprobar un proyecto de ley que define al país como el «hogar nacional del pueblo judío», una iniciativa que es cuestionada por la exclusión de la población árabe, que representa casi el 20 por ciento de los habitantes de Israel.

Tras el visto bueno brindado el último domingo por los ministros del gobierno de Benjamin Netanyahu, la iniciativa oficial, denominada «Ley Básica de Israel como Estado-Nación del Pueblo Judío», recibió hoy el apoyo de 48 de los 120 miembros del Parlamento, mientras que fue rechaza por 41 diputados.

Al defender el proyecto de las críticas de parte de la comunidad internacional y de partidos opositores, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y de Defensa, y uno de los principales promotores de la ley, Avi Dichter, aseguró que apunta a «defender el Estado (de Israel) como un estado judío y democrático».

«Es un Estado para todos sus ciudadanos como individuos, pero no un Estado nación de las minorías que viven en él. (Los judíos) no tenemos ningún otro país» argumentó Dichter y destacó que los residentes en Israel, sin distinción de religión u origen, tendrán derecho a preservar su cultura, herencia, lenguaje e identidad.

El 17,5% de la población de Israel es árabe, descendientes de palestinos que quedaron en el país después de su fundación, en 1948.

El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu es considerado el más derechista de la historia de Israel, y los árabes israelíes denuncian ser discriminados.
Además, la definición de Israel como el «hogar nacional del pueblo judío» ha suscitado condenas de defensores de los derechos humanos preocupados de los riesgos de discriminación y de los intentos de conformar de un Estado confesional.

«Ninguna ley de apartheid, por más racista y nacionalista que sea, borrará el hecho de que dos pueblos viven aquí», disparó el diputado Ayman Odeh, que encabeza la alianza de mayoría árabe Lista Conjunta.

Para Odeh, el gobierno de «extrema derecha» de Netanyahu busca «provocar un incendio de odio nacionalista, pero todavía creo que aquí hay una mayoría que quiere vivir en paz, la igualdad y la democracia».

Para prosperar, el proyecto deberá ser discutido por una comisión parlamentario y votado tres veces más en la Cámara antes de que sea parte de las denominadas «leyes básicas» del país, que son similares a una Constitución.

Entre los fundamentos del proyecto, se afirma que dicha legislación era «especialmente importante en tiempos como estos, cuando hay quienes tratan de socavar el derecho del pueblo judío a un hogar nacional en su tierra».

Dichter, del gobernante partido Likud, de Netanyahu, rechazó las afirmaciones de que la ley perjudicaría árabes o la lengua árabe, diciendo en el debate antes de la votación que el hebreo sería el idioma nacional, pero el árabe tendría un «estatus especial».