“Los ejecutivos y analistas de Wall Street predicen un cuento de dos economías: los agentes de corretaje de Wall Street van a hacer dinero, mientras que los negocios del ciudadano común enfrentarán condiciones que no se veían desde la Gran Depresión. Wall Street se puede recuperar rápido en tanto que la economía se va a pique. Los ejecutivos de Wall Street están asustados. Recuerdan de manera muy viva la última vez que los salvatajes se sesgaron hacia las grandes finanzas en la secuela de la crisis bancaria de 2008. Wall Street teme que, dado las disparidades evidentemente injustas de ahora, el país podría verse pronto en una agitación social que no se veía desde los años de 1930”, según publicó el diario New York Post.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también manifestó su preocupación de que las explosiones sociales podrían amenazar la “reestructuración” económica de las naciones víctimas, algo que tanto les interesa. En una o declaración que publicó el miércoles 15, el FMI advierte que “algunos países siguen siendo vulnerables a más protestas, en particular si se percibe que las medidas para mitigar la crisis de COVID-19 son insuficientes o que favorecen injustamente a grandes corporaciones en vez d favorecer a la gente. Más olas de protesta podrían apagar el impulso de las reformas (por ejemplo, con relación a las pensiones y subsidios a los energéticos) y podrían poner en riesgo las finanzas públicas”.