La docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UNR) Anabella Busso analizó en los estudios de Conclusión las elecciones presidenciales en Brasil y la figura de Jair Bolsonaro. Resaltó factores históricos, el profundo sentimiento anti Partido de los Trabajadores en la élite política y económica y la relación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad brasileña.

La magíster en Relaciones Internacionales conversó en Café Internacional sobre la victoria arrasadora al candidato del Partido Social Liberal, con porcentajes muy superiores a las estimadas por las encuestas irá a una segunda vuelta el 28 de Octubre con Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT).

“La elección de Bolsonaro a la presidencia de Brasil tiene explicaciones tanto históricas como coyunturales. Entre la primera, se ubican el pasado imperial y esclavista; y entre las coyunturales, el marcado sentimiento anti PT de las elites económicas y políticas, incómodas de los procesos de ascenso social e inclusión a las minorías del gobierno de Lula principalmente”, dijo Busso.

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En su afán de dejar por fuera del escenario político al Partido de los Trabajadores, la oposición quiso posicionar a la centro derecha y “se desmadró, se les fue de las manos”.

La analista destacó que “Brasil no forjó las relaciones cívico-militares que construyó la Argentina con el retorno de la democracia. Allí, las Fuerzas Armadas son muy poderosas y no están mal vistas”, cuando se le consultó por el recurrente gesto de Bolsonaro de sostener y descargar una ametralladora imaginaria; convertida en símbolo de su candidatura y estética de la triple B: Bala, Biblia y Buey como ejes de su política. Poder militar, Poder evangélico y Poder hacendado- terrateniente respectivamente.

También detalló que los populismos de derecha tienen estrategias de comunicación con frases simples, sin demasiado contenido, que calan muy hondo y “se instalan” socialmente, “las fake news tuvieron un rol fundamental en este proceso”.

Respecto de la economía, Bolsonaro tomaría un rumbo neoliberal; se esperan privatizaciones de las empresas públicas y alineamiento con los EE.UU. Su futuro ministro, Paulo Guedes, un “Chicago boy” es una personalidad reconocida y con muchos contactos en el establishment financiero internacional.

Por último, Busso insistió en lo improbable que un personaje de estas características pueda gestarse en la política argentina, aunque corroboró que de ganar las elecciones, establecería un “clima regional” de explícito giro hacia la derecha.