Café Internacional -que se emite todos los miércoles a las 19 horas por las redes de Conclusión-  analizó los acontecimientos más destacados en el mundo en este 2022. En primer lugar, la guerra en Ucrania como acontecimiento político principal de este año marcó el pulso de los reacomodamientos geopolíticos que acontecieron este año. El anuncio, por parte del presidente ruso Vladimir Putin, del inicio de la “operación militar especial” el 24 de febrero, fue el puntapié de la etapa actual de un conflicto bélico iniciado en 2014, con la anexión de la Península de Crimea por parte de Rusia, sumado a los combates entre los ucranianos y las organizaciones armadas prorrusas en la Región del Donbás.

 

A partir de la invasión, hemos tratado los vaivenes en el campo de batalla y en el diplomático. La expectativa de los rusos de resolver rápidamente el conflicto colisionó con la resistencia militar de las Fuerzas Armadas Ucranianas, sostenidas por Occidente y particularmente por los Estados Unidos en términos logísticos, operativos, de equipamiento militar y de información de inteligencia.

Esta guerra ha trastocado no sólo la dinámica política de actual, sino también la estructura económica. La crisis energética provocada por las sanciones a Rusia, que afectaron su provisión de hidrocarburos, sumado a la crisis alimentaria por la retención de los granos ucranianos y la inflación global generada por estos procesos, dio lugar a un detenimiento del proceso de recuperación que caracterizó a los primeros meses del retroceso del COVID – 19.

Todo parece indicar que 2023 transcurrirá al ritmo de lo que suceda en Ucrania y sus consecuencias globales. Una guerra que cristaliza el cambio del orden internacional imperante desde la década de 1990.

El segundo tema abordado en el resumen del año fue el triunfo de Lula da Silva en las elecciones presidenciales en Brasil. El dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) asumirá el 1 de enero próximo su tercera presidencia luego de vencer a Jair Bolsonaro por menos de dos puntos en la segunda vuelta del 30 de octubre.

Lula tiene el desafío de lidiar con una base bolsonarista radicalizada, que ha exigido desde una intervención militar para anular los comicios hasta episodios de violencia política que tristemente se han vuelto costumbre de 2018 a la fecha. También deberá conducir a Brasil en una coyuntura sustancialmente distinta a la de 2003, cuando ejerció la primera magistratura por primera vez. Adicionalmente, tendrá que consensuar posiciones al interior de la amplia alianza que tejió para poder obtener el triunfo electoral.

En ese marco, el presidente electo se encuentra en la etapa de conformación de su gabinete, mientras ya recibe presiones de los sectores de poder que celebraron su encarcelamiento en 2018 y que, ante la experiencia de gobierno de Bolsonaro, han suavizado sus posiciones históricamente críticas contra el PT y sus gobiernos.

La elección de Lula es la más importante del año, en lo que refiere a procesos electorales. Por el peso específico de Brasil, porque su marco de alianzas sirve como caso testigo para otras latitudes, por la proyección internacional de un Brasil que hoy se encuentra aislado, y por el desafío de vencer democráticamente a una extrema derecha que tiñó de incertidumbre la elección. Bolsonaro, por su parte, deberá elegir entre liderar a una derecha que indiscutiblemente ha encolumnado detrás de su figura gracias a su estilo de conducción y a su carisma, o recluirse como lo ha hecho luego de perder en el ballotage. Brasil será tema de análisis durante todo 2023.

La crisis en Taiwán fue otra de las cuestiones incluidas en el resumen 2022 de Café Internacional. La visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos Nancy Pelosi a la isla que la República Popular China considera como territorio propio en rebeldía, generó una crisis diplomática que generó rumores de conflicto bélico, en un contexto general marcado, como dijimos, por una guerra en el Este de Europa que nadie vio venir.

La presencia de Pelosi en Taiwán fue parte de una serie de acciones que el gobierno estadounidense ha realizado en su cada vez más conflictiva relación con China, que respondió con múltiples ejercicios militares alrededor de la isla; algo que ya había sucedido con anterioridad a la visita de la dirigente del Partido Demócrata.

Esta situación se complementa con la coyuntura política actual en China, marcada por el relajamiento de las medidas de “COVID cero” luego de protestas importantes que adquirieron un carácter nacional, el aumento de los contagios que demuestra las complicaciones sanitarias que tiene el gigante asiático, y la reciente reelección de Xi Jinping como Secretario General del Partido Comunista Chino, lo cual lo habilita para un tercer mandato como Presidente.

Si de crisis hablamos, varios programas de este 2022 han abordado lo que sucedió este año en el Reino Unido. Boris Johnson, quien asumió en 2019 con una popularidad que parecía indestructible, se vio jaqueado al interior de su propio partido por la gestión de la pandemia primero y por los escándalos que protagonizó mientras el resto del país estaba en cuarentena.

La salida de Johnson como primer ministro en septiembre disparó un proceso de elección al interior del Partido Conservador, que eligió como líder a Liz Truss, ex Ministra de Relaciones Exteriores de Johnson. Truss puso en marcha un plan económico ultra neoliberal que implicó una rebaja generalizada de impuestos que tuvo como consecuencia la inmediata reacción de los mercados, los sectores del poder financiero y los grandes actores de la economía británica.

Truss duró en el cargo menos de 2 meses, marcando un nuevo récord en términos de mandatos cortos en el Reino Unido. Un mandato que, para colmo, por más breve que fue será recordado por el fallecimiento de Isabel II luego de más de 50 años de reinado.

La posterior elección, siempre al interior del Partido Conservador, del actual primer ministro Rishi Sunak, coincide con múltiples crisis latentes que el Reino Unido tiene que resolver: el interminable periplo del Brexit y los acuerdos comerciales inconclusos con la Unión Europea; las intenciones de Escocia de celebrar un referéndum de independencia en 2024; el crecimiento del nacionalismo irlandés en los condados del Ulster, pertenecientes al Reino Unido; y las consecuencias políticas y económicas de una difícil coyuntura que camina al ritmo de la guerra en Ucrania.

Finalmente, el resumen finalizó con la política latinoamericana, que no estuvo exenta de conflictos, cambios y crisis. La elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia fue una de las novedades políticas del año en nuestra región. La agenda de “paz total” que lleva adelante el mandatario colombiano se suma a una capacidad de negociación y gestión que ha mostrado importantes avances en los primeros meses de su presidencia.

Siguiendo al sur por los Andes, Perú se ha visto envuelto en una nueva etapa de su interminable crisis política con la destitución y detención de Pedro Castillo, luego de que anunciara una serie de medidas que fueron catalogadas como autogolpe de Estado y que implicaban un gobierno de excepción, el cierre del Congreso y el llamado a una Asamblea Constituyente, entre otras.

El Poder Legislativo, en una constante guerra con los sucesivos titulares del Ejecutivo, se aprestaba a votar una nueva moción de vacancia contra Castillo, la tercera en un año y medio de gobierno. Ante esa situación, el ex presidente realizó el anuncio que lo llevó a una vacancia exprés y a su posterior encarcelamiento.

Hoy, Perú es gobernado por la vicepresidente devenida en primera mandataria, Dina Boluarte, que ha respondido con represión a múltiples protestas que reclaman, entre otras cosas, el llamado a elecciones generales y la convocatoria a una asamblea constituyente.

Bolivia ha sido incluida también en el resumen de fin de año, en una coyuntura política que ha relativizado los buenos índices inflacionarios que el gobierno de Luis Arce tiene para mostrar. La interna del MAS, que tiene como protagonistas al ex presidente Evo Morales y al vicepresidente actual David Choquehuanca, han generado disputas al interior del partido de gobierno con acusaciones cruzadas de traición y entreguismo. En esa lógica, Arce se ubica en un rol intermedio.

Esta situación se termina de dibujar con un paro que el Departamento de Santa Cruz realizó de forma indefinida durante los meses de octubre y noviembre, a razón de reclamar por la celebración del Censo en 2023. Cuando se pensaba que el levantamiento del paro tranquilizaba el conflicto cruceño, hacia fin de año se procedió a la detención del gobernador de aquella región, Luis Fernando Camacho, acusado de ser uno de los autores intelectuales del Golpe de Estado de 2019.

Finalmente, en 2022 se ha analizado la situación en Chile, marcada por el difícil comienzo del gobierno de Gabriel Boric y el proceso constituyente. Luego del abultado triunfo del Rechazo por el 62% de los votos en el plebiscito de salida del 4 de septiembre, Boric reactivó el proceso, ahora con un protagonismo importante de las fuerzas políticas presentes en el Congreso chileno.

Obviamente, un programa de Café Internacional no alcanzó para incluir todos los temas que se trataron en el programa. Las protestas en Ecuador, las elecciones en Francia, Alemania y Suecia, los acontecimientos en Medio Oriente y los sucesos políticos que rodearon al Mundial de Fútbol en Qatar, fueron también parte de un 2022 intenso en lo que a noticias internacionales se refiere.

Así ha finalizado una nueva temporada de Café Internacional, esperando que 2023 sea otro año para compartir lo más importante de la política internacional actual.