Las explosiones que se produjeron esta mañana en Bruselas en el aeropuerto internacional y en una estación de metro del distrito europeo de la capital dejan a cada minuto sus repercusiones.

El primer ministro belga, Charles Michel, condenó este martes los «atentados ciegos, violentos y cobardes». «Temíamos un atentado terrorista y sucedió», dijo Michel en una conferencia de prensa en la que pidió a la población «tranquilidad y solidaridad». Los atentados dejaron «muchos muertos, muchos heridos de gravedad», agregó sin dar un balance preciso.

Al menos 28 personas murieron, según un balance de los bomberos.

«Es un momento trágico, un momento negro» para el reino, afirmó el primer ministro.

Al menos tres explosiones sacudieron este martes diferentes lugares de la capital belga. Dos se produjeron en el hall de partidas del aeropuerto internacional de Bruselas. Una de ellas la habría provocado «un kamikaze», indicó el fiscal federal de Bélgica, Frederic Van Leeuw.

Otra explosión se produjo en el metro de Bruselas, en la estación Maalbeek en el distrito europeo. Según los bomberos fue «una fuerte explosión». Al menos una decena de personas murieron, precisaron los bomberos a la AFP.

Un periodista de la AFP vio fuera de la estación a unas quince personas en la acera con los rostros ensangrentados recibiendo asistencia médica.

Las explosiones de este martes se producen tras la detención el viernes en Bruselas de Saleh Abdeslam, principal sospechoso de los ataques terroristas de París en noviembre, tras cuatro meses de fuga.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk,  expresó que «estoy consternado por las bombas de esta mañana en Zaventem (aeropuerto de Bruselas) y en el distrito europeo en Bruselas que costaron la vida a varias personas inocentes e hirieron a muchas más».

«Hay 11 muertos en Zaventem (el aeropuerto de Bruselas), según el balance actual. Hay también una decena de muertos en Maalbeek en donde hubo una muy fuerte explosión en el metro», dijo. «Puede que hallemos otras víctimas», añadió.

Las autoridades elevaron al máximo el nivel de alerta terrorista. La empresa que gestiona el servicio público de transportes ferroviarios suspendió todos sus servicios. Las principales estaciones de trenes fueron también cerradas.

«Pánico general» y mutilados en el aeropuerto en Bruselas

Las dos explosiones que sacudieron el martes por la mañana el aeropuerto internacional de Bruselas provocaron un «pánico general» con muertos y heridos, «muchos que perdieron las piernas», contó a la AFP un testigo.

«Un hombre gritó unas palabras en árabe y escuché una gran explosión», dijo a la AFP Alphonse Lyoura, que trabaja en la seguridad del equipaje de los vuelos hacia África. «Era el pánico general. Me escondí y esperé cinco, seis minutos. Algunas personas vinieron a pedirme ayuda», agregó, con las manos aún ensangrentadas. «Ayudé al menos a siete heridos. Retiraron cinco cuerpos que ya no se movían», continuó, explicando que «muchos perdieron las piernas». «Veía gente en el suelo con sangre que ya no se movía. No estoy bien psicológicamente. Es el horror, Bélgica no merece eso», dijo sin poder contener el llanto.

Valérien, otra testigo, afirmó haber visto «heridos por todos lados». Vi una madre que no tenía heridas pero su hijo estaba herido», afirmó.

«Todo el mundo huía, todo el mundo buscaba un lugar para esconderse. Era el descontrol total», contó de su lado Michel Mpoy, de 65 años y que fue el aeropuerto a buscar a un amigo que llegaba de Kinshasa (República Democrática del Congo).

La doble explosión en el aeropuerto de Bruselas y al menos una tercera en una estación de metro de la capital belga dejaron este martes un balance provisional de 28 muertos y decenas de heridos.