La crisis por la escalada militar entre Estados Unidos e Irán se convirtió este jueves en una pulseada entre Teherán, por un lado, y Canadá y Washington, por otro, por el avión que se estrelló ayer en suelo iraní y que, según el primer ministro canadiense Justin Trudeau, «fue derribado por un misil tierra-aire de Irán», una acusación que forzó a la República Islámica a invitar a la empresa estadounidense Boeing a investigar la caja negra.

«La inteligencia recopilada por múltiples fuentes indica que el avión fue derribado por un misil tierra-aire de Irán. Probablemente por accidente«, aseguró en la capital canadiense Trudeau, quien agregó que «es muy temprano» para determinar si se trató de un crimen de guerra.

«Funcionarios canadienses deben tener acceso inmediato para identificar a las víctimas y participar de una investigación profunda y creíble. Trabajamos con los investigadores ucranianos por ahora, pero continuaremos conversando con Irán», agregó en una conferencia de prensa, transmitida en vivo por las redes sociales del premier.

A la denuncia de Trudeau se sumó un video difundido y autentificado por el diario The New York Times, en el que se ve cómo un misil explota en el aire a poco de ser lanzado desde Irán y luego un objeto cae. Según el medio, la grabación es casera y muestra el momento en que el avión es derribado.

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Ayer, horas después de que Irán bombardeara sin causar víctimas ni daños importantes a un base iraquí con soldados estadounidenses en respuesta al ataque norteamericano que mató a un poderosos comandante iraní el viernes pasado, un avión comercial ucraniano se estrelló sobre suelo iraní y las 176 personas a bordo murieron, muchos de ellos canadienses.

Las autoridades iraníes informaron que el avión cayó por razones técnicas y no estuvo vinculado a la escalada militar que protagonizan junto a las Fuerzas Armadas estadounidenses en las últimas semanas.

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Este jueves, en un evento en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump dejó en claro que no cree en la versión oficial iraní.

«Tengo mis sospechas. No quiero decirlo porque otras personas tienen sus sospechas. Alguien del otro bando puede haber cometido un error… no nuestro sistema. No tiene nada que ver con nosotros«, aseguró el mandatario, según la cadena CNN.

«Estaba volando sobre un barrio bastante difícil», continuó Trump y advirtió que «pudieron cometer un error. Algunas personas dicen que fue mecánico. Personalmente, no creo que sea así«.

Poco después, el director de la Organización de la Aviación Civil de Irán, Ali Abedzade, calificó la acusación de Trump -y la acumulación de versiones basadas en funcionarios de inteligencia estadounidenses- de «rumores ilógicos» y argumentó que, «desde un punto de vista científico, es imposible que un misil alcanzara el avión ucraniano», informó la cadena de televisión iraní Press TV, citada por la agencia de noticias DPA.

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Sin embargo, ante la creciente presión internacional, un vocero del gobierno iraní dio marcha atrás con lo que habían anunciado ayer las autoridades de ese país e invitó a la estadounidense Boeing, la fabricante del avión ucraniano estrellado, a participar de la investigación.

«Instamos a la empresa Boeing a enviar a un representante para sumarse al proceso de investigación de la caja negra«, aseguró el funcionario, citado por medios internacionales. Dada las actuales sanciones estadounidenses contra Irán, la compañía tendrá que recibir una autorización especial de la Casa Blanca para poder viajar.

Trudeau también pidió un lugar en la investigación y adelantó que «las autoridades iraníes le informaron a los investigadores ucranianos -con los que está en contacto el gobierno canadiense- que ellos podrán tener acceso».

Además, el premier anunció que funcionarios consulares canadienses «están viajando a Turquía» y señaló que «Irán dijo que estaría dispuesto a darles visas para que puedan ir al lugar de la caída y dar asistencia a las familias de las víctimas».

En 2014, en pleno auge del conflicto armado secesionista en el este de Ucrania, otro Boeing comercial fue derribado por un misil y todas las personas a bordo, casi 300, murieron.

Hasta el día de hoy, Rusia se niega a aceptar la investigación internacional dirigida por Países Bajos, que concluyó que la nave fue derribada por uno de sus misiles, presuntamente lanzado por las milicias pro rusas que Moscú apoya en el este ucraniano.