El canciller chileno Heraldo Muñoz presentó ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya nuevos alegatos de Chile en el caso que le enfrenta a Bolivia sobre la obligación de negociar un acceso al océano Pacífico, informaron a la AFP fuentes de la cancillería.

«Acabamos de entregar (…) la dúplica que es el documento final de la etapa escrita de este caso», dijo este viernes a la prensa Muñoz en La Haya (Holanda) después de presentar el documento, basado en «argumentos jurídicos e históricos».

Muñoz subrayó la «línea argumental cambiante» del planteamiento boliviano, que pasó «de la solicitud de un acceso completamente soberano» y luego se transformó «en la posibilidad de algún acuerdo práctico o de alguna zona especial incluso».

La Paz llevó a Santiago ante La Haya en 2013 para que el tribunal internacional se pronuncie sobre una eventual obligación de Chile a negociar un acceso «soberano» al océano reclamada por Bolivia.

Bolivia perdió esta salida en una guerra librada a fines del siglo XIX, origen de todas las disputas diplomáticas entre ambos países que mantienen interrumpidas sus relaciones diplomáticas desde marzo de 1978.

Esta demanda «al final ha sido una pérdida de tiempo para ambos países», que en este tiempo podrían haber estado hablando de «mejorar el acceso que Bolivia tiene al mar (por puertos chilenos) en vez de enfrascarse en un litigio internacional, dijo el canciller Muñoz, en una entrevista con Teletrece Radio de Santiago.

«Esta demanda que nos ha ocupado a ambos países y nos ha desviado de mirar una integración del siglo XXI y no quedarnos anclados en el siglo XIX», agregó el diplomático al medio chileno.

La próxima etapa, la fase oral, comenzará «no antes de junio» y el fallo podría llegar «en el mejor de los casos» a finales de 2018, según el canciller chileno, quien explicó que la CIJ deberá fijar las fechas alrededor de marzo.

A esta disputa marítima, el gobierno chileno sumó un nuevo frente en 2016 en la CIJ, adonde llevó el caso de las aguas del Silala, considerado por Santiago como un río internacional cuyos derechos de uso son compartidos.

Bolivia, en cambio, acusa a Chile de haber desviado artificialmente el curso de las aguas del Silala, el cual es considerado por La Paz como un manantial, y de no haber pagado por ello.