El regulador de medicamentos de China autorizó bajo «condiciones» el uso de la píldora anticovid de la farmacéutica estadounidense Pfizer, en este país donde las vacunas extranjeras permanecen a la espera de una luz verde.

Este tratamiento antiviral, que se administra por vía oral, se comercializa como Paxlovid. A finales de diciembre fue autorizado en Estados Unidos y en unos 40 países desde entonces.

Los estudios demostraron que reduce significativamente las hospitalizaciones y las muertes en pacientes con riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad y probablemente sigue siendo eficaz contra la variante Ómicron.

Los antivirales actúan reduciendo la capacidad de un virus para replicarse, frenando así la enfermedad.

La administración nacional china de productos médicos «aprobó» el medicamento «bajo condiciones».

Al igual que en otros países, estos comprimidos estarán reservados a los pacientes que puedan desarrollar una forma grave de la enfermedad.

El gigante farmacéutico estadounidense Pfizer tendrá que continuar los estudios sobre estas pastillas y presentar los resultados, precisó el regulador chino en un comunicado publicado en su sitio web y recogido por la agencia de noticias AFP.

Esta autorización se produce en el momento en que China se enfrenta desde hace varias semanas a pequeños focos de infección. Aunque son muy limitados, las autoridades sanitarias se movilizan pues se han detectado varios casos de la variante Ómicron.

Desde el inicio de la pandemia, China aplica una estrategia «cero covid», que consiste en hacer todo lo posible para limitar la aparición de nuevos casos. El ministerio de Salud informó el sábado de 40 nuevos pacientes en todo el país.

Si bien estas cifras son irrisorias en comparación con las registradas en otras partes del mundo, impulsan al Gobierno a redoblar su vigilancia en el momento en que Beijing celebra los Juegos Olímpicos de Invierno hasta el 20 de febrero.

Todos los participantes están confinados en una burbuja sanitaria hermética, que impide el contacto con el resto de la población.

La aprobación de Paxlovid en China contrasta con que hasta el momento, el gigante asiático todavía no ha autorizado ninguna vacuna extranjera contra el coronavirus.

Las únicas disponibles en el país son las de los fabricantes locales: la del laboratorio público Sinopharm y del privado Sinovac -con técnica clásica del virus inactivado- son los más utilizados.

Según el ministerio de Salud de China, que informó a finales de enero de una tasa de vacunación completa de más del 90% de la población, ya se han administrado 3.030 millones de dosis en el país.

El tratamiento con Paxlovid consiste en dos píldoras diarias tomadas durante cinco días.

Un ensayo clínico entre 2.200 personas demostró, según la empresa, que es seguro y que reduce el riesgo de hospitalizaciones y muertes entre las personas en riesgo en un 88%.

Este tipo de pastillas podría potencialmente marcar un paso hacia el final de la pandemia, ya que se pueden tomar con un simple vaso de agua.

Paxlovid es una combinación de una nueva molécula y ritonavir, un antiviral contra el VIH, que se toman como comprimidos separados.

El primer activo reduce la capacidad del virus para multiplicarse en el cuerpo, mientras que el segundo prolonga la acción de unos de los principios activos, lo que le permite permanecer más tiempo en el cuerpo.

Pfizer afirma haber vendido estos fármacos por un valor de 72 millones de dólares en 2021 y espera producir 120 millones de dosis en 2022.