China continúa armándose más rápido que los demás países, hasta el punto de dirigirse en algunos ámbitos militares «hacia una casi paridad con Occidente», según el informe anual del Instituto Internacional para los Estudios Estratégicos (IISS).

«La superioridad tecnológica militar de Occidente, que se consideraba consolidada, está cada vez más cuestionada», señaló John Chipman, director del IISS, en la presentación este martes en Londres de este informe anual que hace referencia al equilibrio de las fuerzas armadas en el mundo.

Desde 2012, los gastos destinados a defensa han continuado creciendo entre un 5% y un 6% por año. Sin embargo, a nivel mundial han disminuido un 0,4% en 2016, debido principalmente a una reducción en Oriente Medio, cuya economía ha estado minada por la caída de los precios del petróleo.

China destinó en 2016 un presupuesto de 145 mil millones de dólares a defensa, más de un tercio de los gastos de todo el continente asiático. Muy lejos aún de Estados Unidos (604,5 mil millones), pero por delante de Rusia (tercer presupuesto mundial con 58,9 mil millones), Arabia Saudita (56,9) o el Reino Unido (52,2).

Símbolo de este progreso, China, después de haber criticado durante mucho tiempo los programas de la antigua Unión Soviética o de Rusia, «posee actualmente sus propios canales de investigación, desarrollo y construcción» de armamento. El país, que invierte también de forma masiva en barcos y submarinos, «empieza a vender sus armas al extranjero», añadió John Chipman.