La convención demócrata, en la que se designará oficialmente a Hillary Clinton como candidata a la Casa Blanca, se abre este lunes en Filadelfia (noreste), en medio del escándalo que llevó a la dimisión de la presidenta del partido.

Debbie Wasserman Schultz, golpeada por una filtración de correos internos, anunció el domingo su renuncia a la presidencia del Partido Demócrata.

Los demócratas querían aprovechar la convención para dar la imagen de un partido unido y en orden de cara a la elección presidencial de noviembre, a diferencia de la convención republicana, en la que el 21 de julio se invistió a Donald Trump como candidato.

La puesta en escena de la convención, en la que participarán miles de delegados demócratas de todo Estados Unidos, se vio trastocada el viernes por la publicación en el sitio WikiLeaks de casi 20.000 e-mails internos de altos dirigentes del partido en los que se muestra una postura favorable a Clinton en las primarias.

Este aparente favoritismo fue algo que el excontrincante de Clinton, Bernie Sanders -quien hablará el lunes en la convención-, había denunciado en varias ocasiones.

Pocas horas antes de la ceremonia de investidura, el FBI anunció que investigará la filtración. El organismo «está trabajando para determinar la naturaleza y alcance» del ciberataque, indicó en un comunicado.

Wasserman Schultz anunció su dimisión el domingo, a 24 horas de la apertura de la convención. «La mejor forma para mí de cumplir esos objetivos [que Hillary Clinton sea elegida presidenta] es renunciar a mi puesto de presidenta del partido al finalizar la convención», escribió en un comunicado.

Unas horas antes, Sanders había criticado de nuevo la parcialidad de la dirigencia del partido en el proceso de primarias, que siempre consideró injusto para un outsider como él: «El partido ha estado de lado de Clinton desde el primer día», dijo en la cadena NBC.