A partir de este martes se reanudaron todas las actividades económicas en Rusia, luego de que lo anunciara el lunes el presidente Vladimir Putin, en medio de una aceleración de la cantidad de casos de coronavirus que catapultó al país al cuarto lugar mundial pero que de todos modos seguía teniendo baja incidencia en relación con la numerosa población.

“A partir de mañana, el período único de días no laborables termina para todo el país y para todos los sectores de la economía”, afirmó este lunes Putin, quien advirtió que la vuelta al trabajo se hará “bajo la estricta observación de todas las condiciones y requisitos sanitarios”, y que seguirán prohibidos los actos masivos.

“La pandemia y las restricciones que ella nos impuso golpearon seriamente a la economía y al sistema de protección social, y significaron un revés para el bienestar de millones de nuestros ciudadanos”, argumentó el mandatario en un mensaje televisado.

Putin subrayó que “los ingresos de muchos cayeron, y los gastos y las deudas no dejan de aumentar”, por lo que las “vacaciones pagas” impuestas a la población en marzo pasado terminaron y mañana todos deben volver a sus puestos de trabajo si así lo aprueban los gobiernos regionales.

El anuncio del presidente causó sorpresa porque tuvo lugar poco después de que las autoridades sanitarias reportaran 11.656 contagios en las últimas 24 horas, que elevaron a 221.344 la cuenta de casos confirmados en Rusia, que sólo hace 10 días había superado la barrera de los 100.000.

Con ese guarismo, Rusia se convirtió por un rato en el tercer país con más casos confirmados -el Reino Unido recuperó más tarde esa posición- y al término de la jornada había desplazado a Italia del cuarto puesto.

Sin embargo, el aumento explosivo de la cantidad de casos en los últimos días -que expertos locales atribuyeron al incremento de las pruebas de coronavirus realizadas en el mismo período, según la agencia de noticias EFE- no modificó significativamente otras dos estadísticas en las que el país aparece bien posicionado.

Por un lado, la cantidad de contagios equivale a 0,15% de los 145 millones de habitantes del país y, por otro, las 2.009 muertes reportadas por Rusia -decimoctavo en el mundo por decesos- representan 0,91% de los casos confirmados, y ambas tasas son mucho más bajas que el promedio internacional.

La viceprimera ministra, Tatiana Gólikova, afirmó que al menos 11 regiones estaban dispuestas a levantar las restricciones desde mañana.

Entre ellas no estará Moscú, epicentro nacional de la pandemia con 115.909 casos (6.169 en las últimas 24 horas) y cuyo alcalde, Serguei Sobianin, dijo que pese a la “aparente estabilización” de la curva de contagios, “el riesgo de propagación se mantendrá durante largo tiempo”.

La semana pasada, Sobianin prorrogó la cuarentena en la capital hasta el 31 de este mes y agregó la obligación de usar tapabocas y guantes en todos los espacios públicos de la ciudad.

Putin consideró que la cuarentena de seis semanas fue una “medida extraordinaria” que permitió “ralentizar” el avance de la pandemia y aumentar “considerablemente” la capacidad de la infraestructura sanitaria, todo lo cual permite ahora “el inicio del levantamiento gradual de las restricciones” sin olvidar que la lucha contra el virus continuará por un “largo tiempo”.

Asimismo, advirtió que la flexibilización de las restricciones no incluye a las personas mayores de 65 años o con enfermedades crónicas, que deberán seguir aislados, ni a los actos masivos, que continuarán prohibidos.