La Fiscalía General de la República (FGR) de México creó una unidad especial para investigar el caso de los 43 estudiantes de la escuela normalista de Ayotzinapa, ocurrido en septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

La nueva entidad, creada por decreto, se llamará Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, según se publicó anoche en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

De acuerdo con el decreto, la Unidad será «la responsable de investigar, perseguir los delitos y, en su caso, concluir los procesos penales vinculados» con el caso, que a casi cinco años sigue abierto.

La FGR nombró a Omar Gómez Trejo como titular de esta unidad especial, que fue bien recibido por las familias de los estudiantes y las organizaciones que los acompañan.

El nuevo fiscal del caso Ayotzinapa llega procedente de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, de oficinas similares en Honduras y Guatemala, así como en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), citaron medios locales y la agencia de noticias EFE.

Gómez Trejo tendrá a su cargo «el conocimiento, trámite y, en su caso, resolución de las averiguaciones previas o carpetas de investigación, procedimientos judiciales y administrativos, medidas precautorias o cautelares, medios de defensa ordinarios o extraordinarios, juicios de amparo, u otros que se encuentren relacionados con los hechos».

Para ello, «contará con los equipos de investigación y litigación necesarios para su adecuado funcionamiento».

La investigación oficial del anterior gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) apuntó como «verdad histórica» que los 43 estudiantes fueron desaparecidos por policías del municipio de Iguala, que los entregaron a criminales que los asesinaron y quemaron en un vertedero de basura.

Pero un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) creado por la CIDH revisó el caso y echó abajo la versión oficial, además de denunciar el uso de tortura en las investigaciones de este caso.

Además sacó a la luz que parte de la versión oficial se basaba en testimonios de detenidos torturados.