Luego de haber hecho gala de una postura «belicosa» a la hora de referirse a distintos temas de Estado (y otros no tanto), el Presidente estadounidense Donald Trump muestra por estas horas un perfil más «calmo», como quien observa los movimientos de cada uno de quienes los rodea para ver quién hizo qué, antes de lanzarse a tuitear o hacer declaraciones estridentes.

“Bueno, tenemos muchas opciones, pero ahora no estoy contemplando ninguna opción. Queremos encontrar definitivamente quién hizo esto. Estamos tratando con Arabia Saudita. Estamos tratando con el príncipe heredero y tantos otros de su vecindario, y estamos hablando justos sobre el asunto. Vamos a ver que sucede”, declaró el mandatario el lunes 16 de septiembre.

Un día después, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, dijo por su parte que Irán no tenía nada que ver con el ataque, y que no habrá reuniones «de alto nivel» jerárquico entre el país asiático y Estados Unidos, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

A la vez, el diario de Washington DC, The Hill, publicó un artículo en el cual considera que “recientemente Trump ha parecido dispuesto a reunirse con el Presidente iraní, Hassan Rouhani, en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, pero la posibilidad se hizo significativamente menor durante los días recientes después del ataque a las instalaciones petroleras”.

En tanto, un editorial del diario chino Global Times, también posó su mirada en Washington, y puntualmente en la grieta que divide a los que «quieren guerra» y a los que no: “El suspenso en el Medio Oriente gira en torno a si Estados Unidos tomará alguna acción contra Irán o no… Cuando John Bolton estaba en la Casa Blanca, Estados Uidos estuvo bastante cerca de lanzar un ataque contra Irán. Donald Trump suspendió un ataque militar a último momento. Notablemente, el Presidente habló en un tono más leve que (el secretario de Estado) Mike Pompeo sobre los ataques a las instalaciones petroleras saudíes. Él no mencionó a Irán, pero dijo que ‘hay motivos para creer que conocemos al culpable, estamos listos y preparados dependiendo de la verificación’. A pesar de al salida de Bolton, Trump está rodeado todavía de halcones que controlan el poderío militar estadounidense y están ansiosos de dar una muestre de fuerza… Trump quiere ser un Presidente que puede revitalizar la economía estadounidense. Se cree de manera muy generalizada que no tiene interés en las guerras. Pero ciertas fuerzas en Estados Unidos están empujando a Washington para que utilice el poderío militar. Se espera que puedan ser frenados en vez de que se les permita dictar la política en Estados Unidos”.