El Parlamento de Cuba aprobó este sábado un proyecto consensuado de nueva Constitución que reconoce el papel del mercado y la propiedad privada, sin renunciar al comunismo como meta, y que será llevado a referendo en febrero.

El nuevo texto constitucional fue aprobado por unanimidad en una sesión ordinaria de la Asamblea Nacional -a la que no tuvo acceso la prensa internacional-, en presencia del presidente Miguel Díaz-Canel y de Raúl Castro, primer secretario del gobernante Partido Comunista (PCC), según la edición digital del diario oficial Granma.

«Esta Constitución es una expresión genuina del carácter democrático y participativo de nuestro pueblo porque nace de él, recoge sus sentimientos», dijo el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, al destacar el trabajo de consenso que realizó la comisión redactora.

En una maratónica jornada el viernes, los cerca de 600 parlamentarios recibieron una explicación de los cambios estratégicos, pero «sin retrocesos», introducidos al texto original, tras un proceso de discusión popular que involucró a casi 9 millones de personas entre agosto y noviembre.

Destino comunista

El texto restituye el «comunismo» como meta de la sociedad, que había sido eliminado en el proyecto inicial, y al PCC como «fuerza política» dirigente, que «orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista».

«Si (la eliminación) generaba duda de que alguien trasnochado pudiera pensar que Cuba abandonaba (el comunismo), aquí está», dijo Acosta.

Esa restitución irritó a la oposición, que comenzó a llamar a «un masivo y rotundo NO» a la nueva Constitución.

«Decir que sólo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena resulta una ofensa a la inteligencia y una total ceguera a 60 años» de revolución, señaló la disidente Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), en un texto enviado a la AFP.

Mercado y propiedad privada

La Cuba de hoy es cada vez más de economía mixta. Más de 591.000 cubanos trabajan por «cuenta propia», el 13% de la fuerza laboral.

El proyecto sienta las bases para integrar diferentes actores económicos, al reconocer el papel dinamizador del mercado en la economía socialista, y la propiedad privada así como la inversión extranjera como elementos complementarios para el desarrollo del país.

Se trata de un modelo «autóctono», en el que el Estado socialista mantiene «las riendas de la economía», precisó Acosta.

En una sociedad hasta ahora igualitaria, la nueva Constitución permitirá la generación de riqueza privada, la cual será regulada mediante un rígido sistema fiscal, pero evitará mediante leyes la concentración de la propiedad.

Cuba está abierta a albergar millonarios, sobre todo a partir de la reciente firma de un acuerdo que permite a los beisbolistas cubanos que viven en la isla fichar en las Grandes Ligas de Estados Unidos, por primera vez en 60 años.

Solución salomónica

En cuanto al polémico matrimonio homosexual, al que el proyecto original abría el camino, pero motivó rechazo en la población, la comisión encontró una fórmula salomónica.

Ahora reformulado en el artículo 82 (antes el 68), el texto reconoce el matrimonio «como una institución social y jurídica» y no como «la unión entre dos personas», que iba a reemplazar al vigente «entre un hombre y una mujer».

Esta fórmula «da respuesta a todos», admitió Acosta.

Para la diputada Mariela Castro, hija de Raúl Castro y principal promotora de la iniciativa en favor de las minorías sexuales, «no hay retrocesos», pues el nuevo planteamiento ampara «las uniones de hecho, sin atarlas a género alguno».

El tema del matrimonio igualitario queda ahora en manos del Código de Familia, cuya reforma, según Mariela, deberá «garantizar el matrimonio (…) como una institución plural e inclusiva», y será llevado a referendo en un máximo de dos años.

Periodo presidencial

Otro artículo que encontró oposición es el que limita el mandato presidencial a dos períodos de cinco años, en caso de reelección, y una edad máxima de 60 años para iniciar el mandato.

Fidel Castro fue presidente de los Consejos de Estado y de Ministros entre 1976 y 2008. Su hermano Raúl, mandatario entre 2008 y 2018, fue quien propuso limitar el período.

Sin embargo, buen número de opiniones recogidas apuntaron a permitir la reelección mientras el candidato tuviera apoyo popular, sin límite de edad.

Finalmente, la elección del gobernante se mantiene tal cual: es elegido por el Parlamento, pero será presidente de la República por dos períodos de cinco años, si es reelecto. Se creará además la figura del primer ministro.

 

*Enviado de la Agencia NA en La Habana.