En París, donde tuvo lugar la concentración más importante, hubo 17.500 manifestantes, según la consultora Occurrence, que realiza estos cálculos para un grupo de medios de comunicación, mientras la Confederación General del Trabajo (CGT) los cifró en 50.000.

Además de la marcha en la capital, que transcurrió sin incidentes, se organizaron unas 150 por todo el país en una jornada a la que también se sumaron otras centrales menores, como Solidarios, y sectoriales como FSU (de docentes) o Unef y UNL, de estudiantes.

En sus reivindicaciones, la CGT dio prioridad al incremento del salario mínimo hasta 1.800 euros brutos (frente a algo más de 1.500 euros en la actualidad) y a la apertura de negociaciones salariales en las empresas y administraciones públicas.

También reclamó un sistema fiscal «más justo», lo que a su juicio pasa por la elevación de los tipos máximos en el impuesto sobre la renta, la disminución de las exenciones fiscales, la rebaja del tipo normal del IVA de 20% a 15% o su supresión en los productos de primera necesidad.

El secretario general de FO, Yves Veyrier, aprovechó para lanzar una advertencia sobre la reforma de las pensiones prevista por el presidente francés, Emmanuel Macron, que pretende equiparar los derechos para la jubilación por cada euro cotizado, al margen del régimen al que se pertenezca.

La polémica ha crecido estos días al calor de unas declaraciones de la ministra de Sanidad y Solidaridad, Agnes Buzyn, que este domingo dijo: «Un día estaremos obligados a trabajar más porque, si no, nuestro sistema de pensiones no podrá aguantar».

Unas palabras que fueron bien recibidas por la patronal, pero no por los sindicatos, que consideran que cuestionan las promesas de Macron, quien ha asegurado que la reforma no modificará los 62 años como edad para la jubilación voluntaria.

La ausencia de incidentes este martes contrastó con los fuertes altercados registrados el domingo en los Campos Elíseos de París en la decimoctava jornada de protesta de los «chalecos amarillos», que se saldó con decenas de locales destrozados y más de 200 detenciones.