Demócratas estadounidenses cargan por estos días sobre la decisión del presidente Donald Trump de alentar la instalación en la presidencia de Venezuela de Juan Guaidó.

En tal sentido, el senador y ex precandidato presidencial Bernie Sanders explicitó a través de las redes su postura: “Debemos condenar el uso de la violencia en contra de manifestantes desarmados y la represión a disentir. Sin embargo, tenemos que aprender de las lecciones del pasado y no meternos en el negocio de los cambios de régimen y de respaldar golpes de Estado, como hicimos en Chile, Guatemala, Brasil, y en República Dominicana”.

Enseguida, expuso que “Estados Unidos tiene una larga historia de intervenciones inadecuadas en los países de Latinoamérica” para finalmente considerar: “No debemos tomar ese rumbo de nuevo”.

Por otra parte, el senador por Kentucky, el republicano Rand Paul, hace pocos días había declarado: “Creo que es bastante irónico que nuestro gobierno diga que quiere cuidar a Venezuela … dando un golpe y amenazándolos con violencia militar porque no son lo suficientemente democráticos”.

En línea con ello, y después de que el senador republicano por Illinois, Dick Durbin, elogiara la decisión de Trump al referir que éste “reconoció apropiadamente” a Guaidó como el líder “constitucionalmente adecuado” de Venezuela, el demócrata californiano Ro Khanna le rebatió: “Con todo respeto senador Durbin, Estados Unidos no debe ungir al líder de la oposición en Venezuela en un polarizado conflicto interno”.

En tal sentido, Khanna propuso que Estados Unidos deber respaldar los esfuerzos por una negociación para después comparar la situación en el noticiero Democracy Now con el intento fallido de derrocar al presidente de Siria Bashar al-Assad.

En tanto, la representante demócrata de Hawai Tulsi Gabbard, escribió un tuit que dice: “Estados Unidos tiene que mantenerse fuera de Venezuela. Dejen que los venezolanos determinen su futuro”.

“Nosotros no queremos que otros países escojan a nuestros líderes —así que tenemos que dejar de tratar de escoger los suyos”, completó.

Entre los nuevos líderes demócratas “progresistas” del partido, solo el representante de California, Ilhan Omar, tuvo el valor de contradecir a la dirigencia del partido en un tuit: “Un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Venezuela no es una solución a los serios problemas que están enfrentando” y advirtió que eso “podría desestabilizar aún más la región”.