Los servicios especiales rusos anunciaron el lunes la detención de uno de los presuntos organizadores del atentado que dejó 14 muertos el 3 de abril en el metro de San Petersburgo.

«Uno de los organizadores del crimen, un ciudadano de Asia Central, Abror Azimov, nacido en 1990 (…) fue arrestado en el marco de la investigación del atentado del metro de San Petersburgo», indicaron los servicios especiales (FSB) en un comunicado, citado por las agencias de prensa rusas.

Según los investigadores, Abror Azimov «formó al terrorista kamikaze Akbarjon Yalilov», presunto autor que también perdió la vida en el atentado.

Es la primera vez que las autoridades rusas hablan de Yalilov como de un «kamikaze».Anteriormente, se habían limitado a decir que era quien había «accionado» la bomba.

Abror Azimov fue detenido el lunes en la región de Moscú y trasladado a los locales del Comité de Investigación para ser interrogado, según la misma fuente.

Unos días después del atentado que dejó 14 muertos y decenas de heridos, la justicia inculpó por «terrorismo» y «complicidad de terrorismo» a ocho hombres, seis de los cuales eran oriundos de países de Asia Central. Seis fueron arrestados en San Petersburgo y dos en Moscú.

Según el Comité de Investigación, Akbarjon Yalilov «accionó» una «bomba artesanal» entre las estaciones de Sennaya e Instituto Tecnológico, tras haber colocado una segunda bomba en otra estación del centro de la ciudad, desactivada a tiempo.

Los motivos de este joven nacido en Kirguistán siguen siendo desconocidas pero el Comité de Investigación indicó que examinaba sus posibles vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que no reivindicó el ataque.

Rusia, que dirige en Siria una operación militar en apoyo a Damasco, no se había visto tan duramente impactada desde la explosión, el 31 de octubre del 2015, de un avión que sobrevolaba el Sinaí cubriendo una ruta entre Egipto y San Petersburgo y en la que murieron 224 personas.

Desde ese atentado, reivindicado por el grupo EI, varios ataques han sacudido las inestables repúblicas rusas del Cáucaso y los servicios de seguridad rusos habían anunciado en varias ocasiones haber desmantelado células yihadistas que se disponían a llevar a cabo ataques en Moscú y San Petersburgo.