La atribulada nación de Siria, se ha convertido en la última semana en la pieza central de un nuevo orden sistémico mundial basado en la soberanía y el desarrollo. El país sirio ha sufrido históricamente embates, donde casi fue borrado del mapa luego de una década de guerra geopolítica británica ejecutada por Londres y el gobierno de Obama, con el propósito de convertirla en el campo de batalla para un conflicto termonuclear entre Estados Unidos y Rusia, y luego devastada por el terrorismo y desangrada con los millones de refugiados que salieron para salvar sus vidas.

Según los análisis de los especialistas internacionales, hay tres motivos principales para esto.

En primer lugar, la nación y el pueblo de Siria resistieron, se negaron a dejarse tragar por el pesimismo. Hecho que se posiciona como un ejemplo para el resto del mundo

En segundo tópico, tal apunta el portal de noticias internacional LaRouchePac, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le dio marcha atrás a las décadas de sometimiento estadounidense a la política de guerras perpetuas de Londres, y el 9 de octubre anunció el retiro de las tropas estadounidenses de Siria.

Al mismo tiempo -señala el sitio noticioso- le declaró la guerra al “complejo militar industrial” y a las “agencias de inteligencia” que han gastado $8 billones de dólares y han causado la muerte de “millones y millones de vidas” en su intento por defender su orden mundial moribundo.

Por su parte, Trump ha repetido ese compromiso en dos o tres ocasiones más desde el 9 de octubre, confrontado a la guerra de las agencias de inteligencia a través de los medios de comunicación dominados por esos sectores, a pesar de que, como lo ha dicho, “soy como una isla de uno”. Aquí también hay una lección para todos.

En tercer puesto, el presidente ruso Vladimir Putin, fue el principal responsable en darle un vuelco a la situación en Siria desde que llegó en ayuda del país en 2015, e inició una exitosa guerra conjunta contra el EIIS y demás grupos denominados terroristas.

El 3 de octubre, durante su intervención en la reunión anual del Club de Valdai en Sochi, Rusia, el Putin hizo un resumen de lo que se había logrado desde 2015 y planteó para el futuro una propuesta de largo aliento para todo el planeta: “Pienso que el acuerdo en Siria se puede convertir en un modelo para resolver las crisis regionales en donde se utilizarán los mecanismos diplomáticos en la enorme mayoría de los casos… Es el momento de tomar medidas y acciones novedosas y originales”.

“Sugerimos que se pongan de lado los prejuicios acumulados y pretensiones mutuas, y que se cree una organización de seguridad y cooperación en la región empezando desde lo básico. Además de los países de Occidente, se podrían unir como observadores Rusia, China, Estados Unidos, la Unión Europea, India y otros países interesados”, agregó.

Posteriormente abordó la situación general: “Acabamos de escuchar esto. Hemos entrado en una era sin ningún orden mundial en absoluto. Si, ese escenario es posible realmente, pero está plagado de muchas amenazas. Es por eso que no podemos funcionar sin un orden mundial sistemático. Pero también necesitamos flexibilidad. Y, permítanme añadir, no linealidad, lo cual presupone la capacidad de considerar varios sistemas y valores culturales, la necesidad de actuar juntos, dejar de lado los estereotipos y los clichés geopolíticos. Este es el único modo de resolver efectivamente los desafíos a nivel global, regional y nacional”.

Putin elogió más tarde el enfoque de Trump en la crisis de la península coreana. “Tenemos que darle crédito al valor y a la capacidad del Presidente Trump para tomar medidas originales. Ciertamente, por muchas décadas los presidentes de Estados Unidos ignoraron a la RDPC, y la trataron como un marginado. El señor Trump fue capaz de dar un paso histórico”.

Y haciéndose eco del pensamiento del Presidente Xi Jinping de China, Putin dijo: “Ha llegado el momento de hablar en términos de un ‘concierto’ global de modelos de desarrollo, de intereses, culturas y tradiciones en donde el sonido de cada instrumento es decisivo, inextricable y valioso, y para que la música se ejecute de manera armónica, y no con notas discordantes en cacofonía”.