El gobierno de Rusia informó ayer que más de 50 aviones y helicópteros de ese país destruyeron al menos 12 blancos del yihadista Estado Islámico (EI) en territorio sirio, tras su segundo ataque en 24 horas, a la vez que rechazó denuncias de haber provocado víctimas civiles, en medio de nuevas acusaciones desde Estados Unidos y Francia de que los aviones de Moscú golpearon a grupos rebeldes apoyados por Washington y no a los terroristas.

Así lo consignan cables de Télam, Ansa y dpa, donde se señala que “los aviones militares rusos efectuaron ocho ataques contra cinco objetivos del Estado Islámico en Siria», aseguró ayer el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general Igor Konashenkov.
Las autoridades rusas revelaron además que con la segunda tanda de ataques en Siria fue desplegado un batallón de infantes de marina para proteger la base aérea de Jmeimim, en la que se encuentran emplazados los aviones en la zona de Latakia y el puerto de Tartus, una base naval vital para las posiciones del gobierno de Moscú.

 

“Ataque informativo”
Paralelamente, el presidente ruso Vladimir Putin caracterizó como «ataque informativo» las denuncias en medios y publicaciones occidentales –surgidas de la opositora Coalición Nacional Siria (Cnfros)- que acusaron a Moscú de causar 36 muertos civiles tras sus primeros bombardeos en territorio sirio.
«Estamos preparados para esos ataques informativos», desafió Putin. «La primera noticia sobre víctimas entre la población civil apareció antes de que despegaran nuestros aviones», agregó el mandatario, durante una reunión del Consejo de Derechos Humanos adjunto a la presidencia rusa.
Sin embargo, los gobiernos de Estados Unidos y Francia volvieron a poner en duda las «verdaderas intenciones» del Kremlin en su intervención en Siria, las cuales adjudican a un intento por beneficiar al gobierno de su aliado Bashar al Assad.

«Los datos previos sobre las operaciones militares rusas muestran que, pese a las declaraciones de que están dirigidas contra el EI, se centran en zonas donde hay pocas fuerzas del EI, si es que hay algunas», aseguró el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, y volvió a reclamar que Rusia colabore con la lucha que libra la coalición liderada por EE UU contra el EI en Siria.

 

Posición de Francia

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, se sumó a la polémica al señalar que «a quien hay que bombardear es al Estado Islámico, no a los otros», un día antes de recibir en París a su par ruso para tratar la crisis en Ucrania.
Como respuesta, el canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró que «en Siria no hubo ataques contra infraestructuras civiles y menos contra edificios donde podrían hallarse civiles», y ratificó que su país  y la coalición encabezada por Estados Unidos «coinciden completamente» en los blancos de los bombardeos en Siria.
Mientras tanto, el vocero del Pentágono, Peter Cook, anunció que ayer comenzaron conversaciones militares con Rusia para evitar incidentes entre los aviones rusos y los de la coalición liderada por Washington que desde el año pasado ataca posiciones del EI en Siria e Irak.

En sus discursos de este año ante la Asamblea de jefes de Gobierno de la ONU, las grandes potencias aumentaron sus peticiones para que se celebren negociaciones multilaterales con el objetivo de poner fin a la guerra en Siria, pero Europa y EE UU tienen diferentes opiniones sobre quién debe sentarse a la mesa. Mientras que los europeos señalan el éxito de las conversaciones con Irán y proponen un formato similar, aunque sumando a socios regionales, desde Estados Unidos quieren un grupo más pequeño, dejando afuera de la mesa a los propios europeos.

 

Opiniones encontradas

Dos fuentes diplomáticas europeas revelaron a la agencia AP que la propuesta incluiría a países como Arabia Saudí y Turquía. Sin embargo, desde Washington quieren que cualquier negociación se limite a ellos, los rusos, Irán, Arabia Saudí y Turquía, sin sumar a los europeos, muchos de los cuales sí participaron del histórico acuerdo con Irán.
Por su parte, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, dijo al Consejo de Seguridad esta semana que Moscú quiere «canales de comunicación continuados para asegurar una lucha efectiva al máximo». El canciller mencionó a Irán, Rusia, Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Jordania, Qatar, Estados Unidos y China como naciones con un papel en las conversaciones.
Aun así, el lanzamiento de ataques rusos en Siria que comenzaron  el miércoles pareció dejar en el limbo las serias negociaciones sobre quién debería participar, ya que EE UU y sus aliados expresaron su preocupación de que Moscú pudiera haber atacado a fuerzas opuestas a Bashar el Asad, en lugar de a extremistas.