Un ataque contra un centro de entrenamiento de la principal agencia de inteligencia en Kabul, causó al menos un muerto en una acción reivindicada por el Estado Islámico (EI) y que, según las fuerzas de seguridad afganas, aún continuaba.

El ataque de un grupo de milicianos del EI contra el centro de entrenamiento del Directorio Nacional de Seguridad (NDS) en el oeste de la capital de Afganistán comenzó pasadas las 10 de la mañana, hora local, según confirmaron fuentes del Ministerio de Interior afgano.

«Se está produciendo un tiroteo con las fuerzas de seguridad», aseguró el portavoz de ese ministerio, Nasrat Rahimi, y reveló que también se escucharon dos fuertes explosiones en el área del ataque.

Minutos más tarde, el funcionario afgano confirmó que «las fuerzas de seguridad mataron a uno de los atacantes» y precisó que «la primera y la segunda planta del edificio fueron ya despejadas y ahora estamos despejando la tercera y cuarta».

No obstante, reconoció que aún quedaban al menos dos atacantes en el edificio vecino, desde donde los yihadistas ingresaron para iniciar la agresión.

Una vez conocido el ataque, la agencia Amaq, vinculada al Estado Islámico, informó que la operación fue reivindicada por el grupo yihadista y aseguraron que dos combatientes participaron en la acción.

«Por ahora no disponemos de ninguna información de víctimas civiles o de las fuerzas de seguridad», aclaró Rahimi que aseguró que la situación ya está totalmente bajo control del Ejército y la Policía afgana, consignó la agencia de noticias EFE.

«El área está totalmente bajo control de las fuerzas de seguridad y esperamos que el edificio sea despejado pronto», anotó Rahimi, que dijo desconocer el número exacto de atacantes que se atrincheraron en el edificio en construcción de varias plantas.

La capital afgana fue objetivo este año de graves ataques insurgentes.

Hace un mes, al menos 17 personas murieron, entre ellas 8 policías, y 18 resultaron heridas en un ataque suicida en la entrada de un hotel en el noroeste de Kabul.

Además, a finales de mayo pasado se produjo en la capital afgana el peor atentado en el país desde 2001, con el ataque con un camión cargado de explosivos que dejó 150 muertos y más de 300 heridos.

Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul fue perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57% del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.