El gobierno brasileño presentó un proyecto para flexibilizar la ley laboral que legaliza la contratación temporaria incluso por pocas hora y permite ampliar la jornada de trabajo de 8 a 12 horas diarias, una propuesta impulsada por las centrales empresariales y rechazada por los sindicatos.

Este es uno de los principales asuntos que el gobierno de Michel Temer se ha propuesto al asumir el 31 de agosto pasado, tras la destitución de Dilma Roussef, flexibilizando la normativa que rige desde 1943, de la época del presidente Getulio Vargas.

El anuncio fue realizado por el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, quien indicó que se mantendrá la jornada promedio de 44 horas semanales de trabajo, pero estas horas podrán ser utilizadas en virtud de las necesidades específicas de la labor, con un tope de 12 por día, flexibilizando el régimen actual, de 8.

El gobierno de Temer pretende presentar este año la reforma laboral, reclamada oficialmente por la Confederación Nacional de la Industria y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), pero que ya es rechazada por las centrales sindicales, incluso las que dieron apoyo al presidente en la campaña por el juicio poítico contra Dilma Rousseff.

«Hay trabajadores que prefieren trabajar más en la semana para no tener que trabajar el sábado. Buscamos reglamentar profesiones que prefieren la jornada de 12 por 36. El tope será de 12 horas por día, incluyendo horas extras. La nueva convención colectiva tratará la forma en la cual las 44 horas serán distribuidas», dijo el ministro tras presentar a representantes sindicales la propuesta, anoche, en Brasilia.

«Parte del paquete de propuesta está basado en los contratos temporarios del modelo español, que permite contratar y despedir dentro de la ley y con cargas sociales para funciones específicas sin dejar posibilidad para juicios laborales, como ocurre hasta ahora» explicó a Télam un portavoz del gobierno.

El impacto que causó la declaración de Nogueira sobre las 12 horas en las redes sociales encendió el alerta en el gobierno, ya que gran parte de las manifestaciones que piden el «Fuera Temer» está basada en el rechazo a la reforma laboral y a la jubilatoria, que prevé el aumento de la edad para recibir el beneficio.