El Congreso de EE.UU. ha presentado un proyecto de la Ley de autorización de la Defensa Nacional de EE.UU. para el año fiscal 2019 que prolonga la prohibición de la cooperación militar entre Moscú y Washington.

«Rusia violó los principales tratados de control de armas, ha expandido y ha modernizado su arsenal nuclear, probó armas en el espacio y utilizó tecnologías emergentes para debilitar a sus vecinos», reza el documento.

El documento, que forma parte de la Estrategia de la Defensa de EE.UU., destaca que EE.UU. continuará con sus esfuerzos en la promoción de la Iniciativa de la Disuasión Europea y aumentará el número de tropas estadounidenses en Europa para «asegurar a aliados y socios» y «detener la agresión rusa».

El texto también prohíbe a nivel gubernamental el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, y asegura apoyo financiero de 250 millones de dólares a Ucrania para el suministro de «artículos de defensa letales».

El mito de la amenaza rusa

Después de un golpe de Estado en Ucrania respaldado por EE.UU. y el referéndum en Crimea, ambos en 2014, EE.UU. ha establecido bases militares en el extremo oeste ucraniano, y proporcionando armas, ayuda y entrenamiento a militares y neonazis para «contrarrestar la agresión rusa».

Bajo el pretexto de «disuadir a Moscú», la OTAN también ha establecido bases militares permanentes en los tres Estados bálticos, Rumanía y Polonia.

Desde Rusia se ha condenado reiteradamente la acumulación de tropas cerca de las fronteras de la nación, destacando que Washington está utilizando una «amenaza imaginaria rusa» para garantizar su dominio sobre Europa.