Diferentes gobiernos de Estados Unidos, como los de Nueva York, Ohio o Virginia Occidental consideran la posibilidad de perder litigios contra empresas farmacéuticas como Johnson & Johnson, Allergan, Endo International y Pharmaceutical Industries, entre otras, debido a las denuncias que hicieron contra éstas por recurrir a publicidad engañosa para aumentar las recetas médicas a base de opioides y así aumentar las ganancias.

Según informó RT, una victoria de las compañías farmacéuticas ante la demanda de diferentes condados de California oscurece la posibilidad que las otras similares prosperen a favor de dichos Estados y vuelvan a fallar a favor de las empresas.

La denominada crisis de los opioides se sustenta en datos que registra el Gobierno federal y revelan que casi medio millón de estadounidenses murieron por el abuso de opioides desde 2001.

Mientras que los demandantes señalaron que esa actividad perjudicó a la población, el Tribunal de California que falló a favor de las farmacéuticas alegó que no se pudo probar que esas compañías hayan engañado a los consumidores.

Por su parte, las compañías farmacéuticas justificaron su posición al afirmar que los opioides son un tratamiento adecuado para pacientes con dolor crónico y que las actividades de marketing incluían advertencias que estaban aprobadas por las autoridades.

Esta es, sin duda, una victoria para las farmacéuticas que este mismo año ya acordaron pagar 26.000 millones de dólares con el objetivo de resolver miles de reclamos vinculados con la crisis de los opioides en Estados Unidos.

En 2019, Johnson and Johnson fue condenada por un tribunal de Oklahoma a pagar 465 millones de dólares en daños, sentencia que fue apelada.

Para algunos analistas, el fallo del tribunal de California demuestra el poder de estas compañías

«Lo que hay que tener en cuenta es el enorme poder de las corporaciones farmacéuticas. Solamente durante este tiempo de pandemia han ganado 190.000 millones de dólares”, expuso la psicóloga y activista social Anahí Rubin.

“Entonces prevalece más la economía, el dinero, antes que la salud de los norteamericanos», opinó, para finalmente afirmar que existe “complicidad de muchos hospitales y médicos» porque «reciben dinero» de las farmacéuticas.