El conservador Alberto Núñez Feijóo revalidaría su mayoría absoluta en Galicia, mientras el nacionalista Íñigo Urkullu ganaría en el País Vasco pero necesitaría del apoyo de los socialistas y del Partido Popular (PP), según un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, estatal) publicado hoy, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral de cara a los comicios regionales del 25 de septiembre.

Los resultados de los comicios en Galicia y el País Vasco podrían imprimir un cambio en las estrategias negociadoras tanto del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy como del Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez en sus intentos por desbloquear la formación de gobierno en España y evitar unas terceras elecciones generales consecutivas en un año.

El PP obtendría en su feudo gallego un 44,9% de los votos y entre 40 y 41 diputados, con lo que superarían los 38 que necesitan para continuar en el poder con la mayoría que ostentan desde 2009, de acuerdo con la encuesta preelectoral.

Feijóo consigue de esta forma mantener la única mayoría absoluta del PP en todo el país desde que Mariano Rajoy llegó al poder en 2011 en medio de la crisis económica que, cuatro años después, derivó en un cambio del mapa político debido a la irrupción de nuevas fuerzas, la izquierdista Podemos y sus socios territoriales, y los liberales de Ciudadanos.

En Galicia, los socialistas del PSdeG resisten y obtienen igual porcentaje de votos que En Marea, los aliados de Podemos, que reciben un 19,9% de los votos y entre 15 y 17 diputados, frente a los 16 de los socialistas, que pierde dos.

Por su parte, el BNG (Bloque Nacionalista Galego) cae de 7 a dos diputados, y Ciudadanos no tiene garantizada su entrada en el parlamento gallego.

Al reforzarse el PP en Galicia, la clave puede estar en el País Vasco, donde el Partido Nacionalista Vasco (PNV) de Íñigo Urkullu volvería a ganar con un 29,8% de los votos y entre 27 y 28 escaños.

En segundo lugar empatarían los independentistas de EH Bildu, que obtendrían 16 diputados y 12,7% de los votos, y Podemos, que consigue un 13% y entre 15 y 16 escaños.

La irrupción de la «pata vasca» del partido de Pablo Iglesias castiga a los socialistas, que caen de 16 a 8 parlamentarios, mientras el PP retrocede pero se mantiene en sus niveles de representación históricos en el País Vasco, también con 8 diputados.

En tanto, el partido de Albert Rivera, al que algunas encuestas le daban un diputado, no entraría en la cámara vasca, según el CIS.

El triunfo en minoría del PNV abre la puerta a que los nacionalistas tengan que negociar el apoyo de PSOE y PP para mantenerse en el poder, lo que a su vez puede dar lugar a nuevos escenarios de apoyo en el ámbito del gobierno central tanto para evitar nuevas elecciones o ante el próximo escenario postelectoral.

En los últimos meses los nacionalistas vascos se negaron a brindar su apoyo tanto a Sánchez como a Rajoy para facilitar la formación de gobierno en España, pero esto podría cambiar tras el 25 de septiembre.