El Reino Unido y la República de Irlanda «tienen la voluntad» de mantener abiertas las fronteras entre ambos países, más allá de la eventual salida del primero de la Unión Europea (UE), según afirmaron hoy los gobernantes de ambos países.

La primera ministra británica, Theresa May, y su homólogo irlandés, Enda Kenny, se comprometieron en una reunión en Londres a negociar un acuerdo que permita preservar la llamada Área de Viaje Común, que cubre el Reino Unido, Irlanda y las islas de Man y el Canal de la Mancha y permite circular casi sin controles de identidad.

Durante su primer encuentro en la capital británica desde que May accedió al cargo el pasado 13 de julio, los dos coincidieron también en la importancia de «seguir impulsando el proceso de paz» de Irlanda del Norte, que tutelan los dos Gobiernos y el Ejecutivo autónomo de Belfast, a pesar del Brexit.

Al término de su entrevista en el 10 de Downing Street, May y Kenny ofrecieron una rueda de prensa conjunta, en la que condenaron el ataque de hoy en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray, junto a la ciudad normanda de Rouen (Francia), en el que murió un sacerdote y los dos autores del crimen.

Sobre la libre circulación de personas en las Islas Británicas, May reiteró que nadie desea ver erigidas de nuevo las fronteras con estrictos controles del pasado y subrayó que «hay una gran voluntad» para preservar la libertad de movimiento.

«Como dije ayer (en una visita a Belfast), nos beneficiamos todos de un área de viaje común durante muchos años, antes de que ninguno de nuestros dos países fuera miembro de la UE», afirmó.

«Hay una gran voluntad por ambas partes de preservar esto», señaló,y agregó que «por lo tanto, debemos negociar un acuerdo que sea de interés común», informó la agencia de noticias EFE.