El Senado de Chile aprobó este martes un proyecto de ley destinado a reducir la semana laboral de 45 a 40 horas, que volverá a la Cámara de Diputados y, de aprobarse, convertirá al país en el segundo de América Latina, detrás de Ecuador, en tener esa norma.

La iniciativa, que ingresó en 2017 al Congreso, fue aprobada con 45 votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención.

Para que se convierta en ley falta la ratificación en la Cámara de Diputados, que debe aprobar las modificaciones incorporadas en el Senado.

El Gobierno confía en que la iniciativa pueda convertirse en ley antes de próximo 1º de mayo, Día del Trabajo, según la agencia de noticias AFP.

La reforma fue parte de las propuestas de campaña del presidente Gabriel Boric en 2021.

El proyecto había sido presentado en el Congreso por diputados del Partido Comunista, entre ellos Camila Vallejo, actual ministra vocera de Gobierno.

Aprobada por la Cámara baja en su primer trámite, la iniciativa no contemplaba en principio la gradualidad en su implementación, pero tras su paso por el Senado se estableció que este cambio se hará en un plazo de cinco años.

De esta forma, en un año la jornada laboral semanal será de 44 horas, disminuirá a 42 en el tercer año de aplicación de la ley y a 40 horas luego de cinco años.

El proyecto postula que la nueva extensión de la jornada laboral no podrá significar la reducción de las remuneraciones de los asalariados y el Gobierno la justifica para que los trabajadores tengan más tiempo para realizar actividades diferentes al trabajo.

En enero de 2005, Chile aplicó una primera reducción de su jornada laboral semanal, de 48 a 45 horas.

De aprobarse esta segunda reducción, Chile se sumará a Ecuador como los dos únicos países de América Latina en establecer por ley las 40 horas semanales.

En la Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, la semana de trabajo es de 48 horas.

Brasil, El Salvador, Guatemala y Venezuela tienen una semana laboral de entre 42 y 45 horas semanales, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

América Latina es una de las regiones donde más horas se trabaja al año y tiene una de las tasas de informalidad laboral más altas, según la Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).