El Vaticano lamentó la «parálisis» de la ONU en algunas de sus áreas primarias y reclamó un fin «urgente» de la guerra en Ucrania, a la que consideró «el resultado de relaciones internacionales fracturadas desde hace años».

«Los Estados miembros de la ONU deben respetar el espíritu de la Carta de la ONU, es decir, al menos no repetir los errores cometidos durante las dos guerras mundiales del siglo XX», dijo la subsecretaria de la Santa Sede para los organismos internacionales, Francesca Di Giovanni, en declaraciones a la prensa oficial del Vaticano.

Para Di Giovanni, en el plano internacional «el mayor problema radica en hacer comprender, y atenerse a las consecuencias en posiciones concretas, que la Carta no debe interpretarse en función de la posición política más atractiva, sino a la luz de lo que ocurrió en los años anteriores a su firma, después de la Segunda Guerra Mundial, para preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra», entre sus fines originales.

Según la «número 3» de la diplomacia vaticana, en ese marco «queda mucho trabajo por hacer, y la inercia o parálisis de la ONU es evidente en algunas áreas, incluyendo las primarias, mientras que continúa en otras, aunque su fatiga se siente mucho».

Para la diplomática de la Santa Sede, las Naciones Unidas y otros organismos multilaterales «pueden y deben seguir desempeñando un papel en las relaciones internacionales».

«La crisis actual a la que estamos asistiendo puede ser sólo en parte atribuible a las responsabilidades de las organizaciones, sino más bien a las de los Estados que las componen y determinan su política y actividades», analizó.

Al referirse a la guerra en Ucrania, la funcionaria designada por el papa Francisco en 2020 señaló que «es difícil predecir cómo será el posconflicto en una etapa en la que es imposible saber cómo se desarrollará y cómo terminará».

«Queda la esperanza de que termine lo antes posible, a ser posible sin más víctimas, porque cada momento que pasa es demasiado», sostuvo, al tiempo que afirmó que «el conflicto de Ucrania es también el resultado de relaciones internacionales fracturadas desde hace años».

Para Di Giovanni, «la urgencia en este momento es poner fin al conflicto y restablecer la justicia, y luego unir esfuerzos para reconstruir, no sólo lo que ha sido destruido materialmente, sino también la devastación que la guerra causa en el alma de las personas y en las relaciones entre grupos sociales y pueblos».